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SAN FRANCISCO, E.U.- El monte Santa Helena lanzó ayer una nueva bocanada de vapor, mientras continúan llegando científicos para evaluar las probabilidades de una erupción.
La oscura nube de vapor emanó al amanecer de una zona del cráter donde un depósito rocoso ha estado creciendo a gran velocidad. Un ligero viento desplazó los gases hacia el sur y sureste.
Los científicos no determinaron en ese momento si la nube contenía ceniza volcánica, dijo un oficial.
La emisión gaseosa se produjo tras el incremento en los últimos dos días de actividad sísmica, con terremotos de una magnitud de 2.4 que se sucedieron cada dos minutos hasta ayer.
La actividad sísmica del sábado fue parecida o un poco mayor que los niveles que se dieron durante la erupción el cinco de octubre, día en el que una nube densa emanó del volcán.
Sin embargo, los geólogos no han anticipado de momento algo parecido a la erupción de 1980, que mató a 57 personas y dejó la zona cubierta de ceniza.
La escasa actividad en esta última semana indicó que el magma sigue subiendo por la chimenea hacia la superficie, pero la nubosidad no ha permitido un monitoreo visual del lugar en el que se encuentra.
“No podemos decir en que zona está localizado el magma”, dijo Jeff Wynn, el jefe de ciencia del Geological Survey de Estados Unidos.
Desde el 23 de septiembre, miles de sismos han sacudido la región que rodea el volcán. Miles de personas que viven en las inmediaciones comenzaron a ser evacuadas desde el dos de octubre.
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