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WASHINGTON, EU.- Decenas de miles de personas desfilaron silenciosamente ayer frente al cuerpo de Ronald Reagan en el Capitolio, en un día en el que los estadounidenses recordaron el optimismo del cuadragésimo Presidente del país y restaron importancia a los aspectos polémicos de su mandato.
Al menos 2,000 personas por hora pasaron lentamente frente al féretro, cubierto con una enorme bandera estadounidense, en la Rotonda del Capitolio, una imponente sala circular.
Algunos tuvieron que esperar hasta siete horas para dar su último adiós a Reagan.
Muchos líderes mundiales y veteranos políticos de la época de la Guerra Fría contra el comunismo, que Reagan ayudó a terminar, estaban viajando a Washington para participar en el funeral del ex Mandatario.
Entre ellos estaban el ex líder de la Unión Soviética Mijail Gorbachov, en representación formal de Rusia y la ex primera ministra británica Margaret Thatcher, una firme aliada de Reagan.
Entre los miles de estadounidenses comunes que asistieron a rendir tributo póstumo a Reagan estaban Jil Dorman, de Arlington, en el estado de Virginia y su hijo adolescente, quienes esperaron más de tres horas para tener la oportunidad de pasar frente al ataúd.
“Quería presentar mis respetos a Ronald Reagan y ser parte de la historia con mi hijo”, dijo Dorman.
Muchos se detuvieron para firmar libros de condolencias que serán enviados a la familia Reagan. Una anotación decía: “Este es un mundo mejor por haberlo tenido a usted. Deek Dollak, Alexandria, Virginia”.
Otra expresaba: “Usted fue mi primer y mejor voto. Larry, Perkins. Manassas, Virginia”.
Reagan murió el sábado después de una larga lucha contra la enfermedad del Alzheimer. El ex Presidente se despidió de los estadounidenses en una conmovedora carta, hace diez años y desde entonces vivió recluido y estuvo atendido por su esposa, Nancy.
Desde su muerte, los medios estadounidenses han dado una cobertura completa al tema y le han prodigado todo tipo de alabanzas para calificar su legado histórico y la personalidad fuerte y alegre de un hombre considerado por muchos como uno de los Presidentes estadounidenses más significativos del siglo XX.
Esta cobertura ha minimizado el hecho de que Reagan fue visto también como un político fuerte, con frecuencia divisivo, durante sus ocho años en el Gobierno, entre 1981 y 1989.
Funeral
Por la mañana se realizará un servicio fúnebre en la Catedral Nacional, en Washington y se espera que alrededor de 150,00 personas pasen frente al féretro durante las 34 horas que permanecerá en la Rotonda del Capitolio, donde recibe los honores de un funeral de Etado.
El sistema de trenes subterráneos de Washington transportó 850,36 pasajeros el miércoles, la mayor cantidad en los 28 años de historia de ese medio de transporte y una clara señal del impacto que está teniendo el funeral en la ciudad.
Después del funeral, el cuerpo del ex Pesidente será trasladado en avión de regreso a California para ser enterrado al atardecer en el terreno de la biblioteca presidencial Ronald Reagan, situada al norte de Los Ágeles.
Michael Deaver, un amigo cercano y ex asesor de Reagan, dijo que la gente asistía en masa a su despedida por su personalidad y su capacidad para relacionarse con la gente, sin importar quién fuera.
“Él respetaba a la gente y trataba a todo el mundo de igual manera, por más que se tratara de un rey o de un plomero”, dijo.
Elogiado por sus partidarios como un campeón de la libertad y de la libre empresa, Reagan provocó también una fuerte oposición tanto en Estados Unidos como en el extranjero.
Sin embargo, sus críticos se frustraron debido a que ninguno de los escándalos de esos años pareció hacer mella en la fuerte personalidad de Reagan, a quien llamaban “El Presidente de teflón” por su habilidad para salir a flote en cualquier circunstancia.
Algunos estadounidenses, especialmente los negros, aún recuerdan su negativa a oponerse al régimen de segregación racial en Sudáfrica, mientras otros lo critican por no haber movilizado suficientes recursos contra la creciente epidemia del Sida, que comenzó durante su gestión presidencial.
