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Despiértenme cuando regresemos a 2004.../Los días, los hombres, las ideas

Francisco José Amparán

El día de hoy en la capital del país se llevará a cabo una megamarcha (¿ya no hay de otras?) organizada por el PRD, en apoyo al jefe de Gobierno capitalino Andrés López. El propósito de la misma es mostrar el enfado del partido del “sol azteca” (ese glifo no lo he visto en ningún monumento prehispánico, pero en fin) por el proceso de desafuero que se le está siguiendo al tabasqueño. En teoría, una muestra masiva de descontento le mostraría a los Poderes que la gente está enojada porque se le aplica la Ley a una persona en particular, en un país donde la señora de la venda y la balanza tiende a ser caprichosa, por decir lo menos. La pretensión es, pues, que la justicia dependa del ardor popular: pronto, los juicios se decidirán según el número de manifestantes por metro cuadrado.

¿Por qué esta defensa a ultranza del Pejelagarto? Pues porque, según el PRD y no pocos ingenuos, López está destinado a ser el próximo Presidente de México. Y el proceso que se le sigue para desaforarlo es una chicanada legaloide de los complotistas de la ultraderecha para evitar que llegue a Los Pinos. Todo ello, veintiún meses antes de que se lleve a cabo siquiera la elección presidencial. Lo cual nos lleva a ciertas consideraciones.

La primera es obvia: faltan casi dos años para un momento que, a juzgar por las declaraciones de nuestros ineptos y mezquinos políticos, pareciera hallarse a la vuelta de la esquina. ¿Y mientras tanto, qué? ¿Qué se piensa hacer con este país en lo que resta de 2004 y todo 2005 (por lo menos)? Al parecer, eso no importa: lo fundamental es quedar en posiciones de poder en diciembre de 2006. Si mientras tanto México se va por el caño, pues peor para México. Total, Atenas ya nos puso en sintonía con nuestro carácter de pueblo mártir, aguantador y derrotado.

Otra pregunta es qué piensan hacer con el poder. Porque ningún partido político ha presentado un proyecto de nación, una visión de futuro que nos saque de nuestro atraso secular. Pocos lo recuerdan, pero muchos de los cambios que hemos visto en la última década se produjeron gracias a un acuerdo multipartidista negociado por Zedillo a principios de 1995, cuando “el error de diciembre” le hizo llegar la lumbre a los aparejos al sistema político en su conjunto. Desde entonces seguimos esperando un Pacto de la Moncloa totonaca que encamine al país en una ruta a largo plazo. Ya llevamos nueve años perdidos. Los liderazgos políticos (si así se le puede llamar al conjunto de incapaces que viven de nuestros impuestos), si no pueden ver más acá de 2006, menos lo pueden hacer más allá. El mapa de ruta para un país se debe trazar en términos de décadas y con la avenencia (si no unanimidad) de todas las partes… y si no, pregúntenle a Corea del Sur y a Japón, que hace medio siglo estaban en ruinas. Aquí nuestros bien pagados políticos siguen peleándose por tonterías que en el resto del mundo están superadas desde hace años y años. Con lo cual, por supuesto, se impiden las reformas que llevarían a la creación de los empleos que el país demanda a gritos… y que si no aparecen pronto, quién sabe a dónde nos lleve esa situación. Lo más irónico de todo el asunto es que, luego de todos los pleitos de lavadero de nuestros políticos, quizá ya no haya país viable qué gobernar en diciembre de 2006.

Si no hay acuerdos, al menos debería haber propuestas, ideologías, proyectos disímiles, planteados y defendidos por los partidos. Pero ¿qué hallamos? Nada, la esterilidad absoluta. Ni una sola idea original, de largo aliento, que haga realmente prosperar al país. El PRI, cooptado por un pillo, prefiere paralizar al país con su rancia retórica de 1938, olvidando que pretende gobernar un país en el siglo XXI. El PAN no supo qué hacer con un poder que no sentía suyo y ha demostrado niveles de incapacidad sencillamente pavorosos… además que se ha dejado seducir por las sirenas del poder descarnado y sin mayor sentido que el de chupar del presupuesto. Y el PRD sigue dándose de topes con la historia, tratando de ignorar que buena parte de sus paradigmas ya demostraron su ineficacia y defendiendo lo que Andrés López insiste en llamar “nuestro proyecto”… aunque nadie lo ha visto por ningún lado. Digo, ¿qué haría López siendo Presidente? ¿Alguien lo puede decir con certeza? Porque yo conozco únicamente retazos de información nada halagüeños. ¿Darle dinero a todos los viejitos de México (inflando el déficit)? ¿Inaugurar semanas después de lo programado segundos pisos incompletos y hechos con las patas? ¿Hacerle al Hugo Chávez, con el consecuente desplome de la economía? ¿Así se conduce un país en el siglo XXI? ¿Eso queremos para nuestros hijos?

Con otra: en un país decente, Andrés López hubiera renunciado en medio del escarnio público desde hace meses. Su Jefe de Finanzas anda prófugo, luego de jugarse millones robados del erario… viajando 17 veces en un año a Las Vegas. Más de un viaje al mes. Su ex secretario particular y principal operador político, frente a todo el país se llenó las bolsas del saco con dólares mal habidos. Uno de los delegados de su ciudad (y de su partido) renuncia por lo mismo y otro anda prófugo. Así pues, la corrupción rodea su administración por todos lados. ¿Y a él no lo toca? Seamos objetivos. Para mí no hay más que de dos sopas: si no se dio cuenta de todo eso; si no supo lo que estaban haciendo Ponce y Bejarano y Flores Millán y el recién sentenciado Ímaz, López es un inepto a niveles mongoloides y no lo pondría a administrar la Miscelánea Las Quince Letras, menos a gobernar un país. Y si sí se dio cuenta y no hizo nada (o participó en la maroma), no sólo es igual de corrupto que sus compinches, sino además hipócrita (dado que acusa a otros de lo mismo) y desvergonzado. Ah, porque resulta que todo fue un complot. Una conspiración que lo forzó (supongo que mediante ondas cerebrales emitidas por la CIA y la ultraderecha) a poner a Ponce y Bejarano donde podían hacer de las suyas… justo en sus narices.

La cosa está clara: López es un inepto o un corrupto. ¿Alguien puede desmontar esta línea de pensamiento? Todo lo demás me parece superfluo.

Pero entonces, ¿por qué las encuestas (que tienen sus bemoles, pero dejemos eso por lo pronto) lo colocan tan alto? Ah, pues porque la prensa lo ha puesto allí. Creo que los medios de comunicación deberían hacer un examen de conciencia y cuestionarse sobre la cobertura que le han dado a un tipo que no nos gobierna ni tiene nada qué ver con el 93 por ciento de los mexicanos (los que no vivimos en el DF) y que, por lo tanto, para la mayoría, es noticia secundaria. Pero no: muchos periodistas creen que lo que se dice a las seis de la mañana (hora para empezar a trabajar que es señal de oligofrenia, la verdad) resulta más importante que los múltiples problemas del país y sus soluciones postergadas. El humor rascuache del Jefe de Gobierno, sus pleitos de vecindad con Fox, sus atrabancados desafíos a la Ley, ¿son en realidad tan importantes? Seamos francos: los medios de comunicación han hecho que lo parezcan. Pero no lo son.

En una sola cosa tiene razón López: que lo derroten en las urnas. Pero eso será hasta 2006 (si no se destapa antes la cloaca en la que ha estado nadando hasta ahorita… lo que la prensa americana, francesa, alemana, en sus países ya hubiera hecho hace rato). Hasta entonces, que él y los demás se pongan a gobernar y bien, un pueblo que está en 2004… cargando 50 millones de pobres que no tienen por qué vivir “con la esperanza”, aguardando a qué horas se le ocurre a nuestra clase política dejar sus estúpidas y estériles querellas y hacer algo por la nación.

PD: El pasado jueves se cumplieron noventa años del nacimiento del grandísimo cronopio Julio Cortázar. Pongámonos de pie, fumémonos un Galoises (o en su defecto, un Delicados) y recordemos a ése, uno de los grandes maestros de la literatura en castellano del siglo XX. Y por ello:

Consejo no pedido para evitar complots de corredoras de Bahamas: Escuche “Yardbird Suite” de Charlie Parker, quien sirviera de modelo para ese prodigio de texto que es “El perseguidor”; vea “Blowup” (1966) de Michelangelo Antonioni, película basada en el cuento cortazariano “Las babas del diablo” y lea, una y otra vez (y de varias maneras), “Rayuela”, una de las más originales e impresionantes creaciones literarias de todos los tiempos. Provecho.

Correo:

francisco.amparan@itesm.mx

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