La detención en Cuba del empresario Carlos Ahumada abrirá seguramente un nuevo capítulo en la historia de actos de corrupción, en la que recientemente se vieron involucrados de manera presunta varios ex miembros del Partido de la Revolución Democrática. Pero el caso apunta hacia otros personajes de la vida política nacional, pues de acuerdo con elementos que obran en poder de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, presumiblemente el empresario también aportó recursos a la campaña de Vicente Fox.
La detención de Ahumada es un paso importante en los procesos penales que se siguen en su contra, pues cuando menos ahora está ubicado y su traslado a México para ser debidamente juzgado por los delitos que se le imputan dependerá en buena parte de los trámites que vía diplomática realice el Gobierno Federal a petición de la Procuraduría capitalina; aunque se estima que ese proceso puede durar algunos años.
Vistos los antecedentes del caso que se comenta es innegable la habilidad del empresario mencionado para corromper a personajes del ambiente político, por lo que es de suponerse que Ahumada sabe más de lo que hasta ahora ha salido a la luz pública de donde deriva la posibilidad de que desde su cautiverio pudiera dar información en la que eventualmente involucre a otros políticos cuyas actividades pudieron haber sido financiadas con recursos ilegales, lo que enturbiaría aún más el escenario nacional.
Por otra parte, no se puede soslayar el hecho de que la extradición, de por sí tardada en razón de los términos del tratado internacional, puede prolongarse aún más si el Gobierno cubano, cuya cabeza omnipotente es Fidel Castro, deliberadamente retarda la solicitud, pues es factible que el dictador se valga de esta oportunidad que se le presenta para cobrar la factura de aquel incidente diplomático en el que el presidente Vicente Fox le espetó la desafortunada frase de: “Cenas y te vas”.
