EDITORIAL Caricatura editorial columnas editorial

Deterioro integral

Luis F. Salazar Woolfolk

La crisis de Gobierno en Ciudad Lerdo a raíz del cambio de autoridades municipales, es síntoma de un deterioro que trasciende el escenario político y ahonda en la vida social de la comunidad en su conjunto.

Como es del conocimiento, Rosario Castro Lozano asume la Presidencia Municipal sucediendo a una administración que sorprendió debido a un pésimo desempeño, que en sus postrimerías llegó a extremos difíciles de prever y siquiera imaginar.

En efecto, Luis Fernando González Achem concluyó una gestión que confirma el viejo adagio según el cual “segundas partes nunca fueron buenas”, lo que desde luego resulta poco halagüeño para la actual Presidenta, que también repite después de un intervalo de seis años.

La situación por la que atraviesa el Municipio de Lerdo es difícil, debido a viejos rezagos cuyos efectos hoy se agudizan debido al mal Gobierno reciente.

Cargando sobre sus espaldas el desordenado crecimiento de la ciudad, producto de años y hasta décadas de tráfico ilícito de los terrenos ejidales que circundan la población, Ciudad Lerdo enfrenta dificultades adicionales en los renglones de los servicios de suministro de agua y saneamiento, limpieza y relleno sanitario.

A lo anterior se vino a sumar una administración apática que en su última fase, mostró la cara de la frustración y el rencor ante la pérdida de las últimas elecciones locales, lo que a fin de cuentas viene a confirmar que el pueblo lerdense no se equivocó al retirar el mandato de Gobierno que ostentaba el Partido Revolucionario Institucional, para regresarlo a Rosario, abanderada del Acción Nacional.

Esos sentimientos negativos de enojo, se manifestaron en abusos poco usuales aun en los tiempos previos a esta época en la que la alternancia es posible a saber: El tráfico de influencias para expedir patentes de alcoholes y concesiones a última hora y lo que es el colmo, la constitución de un sindicato de los empleados de confianza del Municipio, cuya inoportuna aparición lleva a sospechar que se trata de una estrategia vulgar para poner piedras en el camino a la nueva administración, a despecho de los derechos de los trabajadores.

Por si lo anterior fuera poco, empieza la actual administración con el increíble hallazgo de actas de cabildo incompletas y carentes de firmas, lo que plantea un problema de inseguridad jurídica para burla de las instituciones públicas y escarnio de la sociedad.

El mensaje del priismo lerdense es sencillo y ofrece una lección al electorado de la ciudad, que se debe preparar para sufrir los efectos del acoso de una facción o grupo que se empeña en tratar a la sociedad como rehén al costo que sea, demostrando la pertinencia de la frase de Vargas Llosa según la cual, no hay límites para el deterioro.

El nivel de cinismo es explicable, en el caso de una clase política que se atribuye derechos de impunidad porque al fin y al cabo, hágase lo que se haga “no pasa nada...”.

Semejante actitud es reflejo de lo que sucede a nivel nacional, en que los protagonistas de nuestra vida pública, salvo honrosas excepciones, se empeñan en desacreditar el ejercicio democrático para propiciar el retorno de las viejas formas.

La situación preocupa y constituye un reto para el gobernador Ismael Hernández Deras y desde luego, ofrece una oportunidad para que el nuevo Mandatario estatal muestre las credenciales reformadoras y modernistas que anunció en campaña.

Por lo que hace a Rosario Castro, tiene frente a sí el reto doble de limpiar la casa llamando a cuentas a los integrantes del ayuntamiento precedente y de gobernar el Municipio de Lerdo de cara al futuro.

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 111667

elsiglo.mx