Messier es acusado de presunta falsificación de cuentas de ese grupo franco-estadounidense.
21 de junio 2004.
París, (EFE).- El ex presidente de Vivendi Universal (VU) Jean-Marie Messier quedó detenido hoy en la brigada financiera de París para ser interrogado por la presunta falsificación de cuentas de ese grupo franco-estadounidense de comunicación por la que ya han sido procesados otros ex directivos.
Messier, que tuvo que dimitir de su cargo en julio de 2002 por la grave crisis financiera que vivía VU y cuando ya se señalaba la supuesta manipulación de la información financiera de la empresa, ha quedado bajo custodia en lo que parece un primer paso antes de su procesamiento.
El conocido como el "amo del mundo" en la etapa de esplendor aparente de la compañía, cuando la centenaria Générale des Eaux se convirtió en el gigante de la comunicación VU tras fusionarse con Seagram, llegó a la brigada financiera con abundantes papeles con los que esperaba dar sus explicaciones a los investigadores.
Se trataba de "un cierto número de documentos que le parece que pueden contribuir a aportar respuestas precisas y detalladas a las preguntas de la investigación", explicó su abogado, Olivier Metzner.
La situación no tomó a Messier por sorpresa, ya que los jueces que instruyen el sumario, Henri Pons y René Cros, ya han procesado a varias personas, incluido su ex brazo derecho y antiguo director financiero de VU Guillaume Hannezo.
El pasado día 4, Hannezo fue acusado de difusión de informaciones falsas al mercado, manipulación de cotizaciones y uso de información privilegiada, tras permanecer detenido durante 36 horas en los locales de la brigada financiera de París.
En marzo pasado, el propio Messier, según recordó hoy su abogado, pidió ser procesado con el fin de poder explicarse y defender mejor a sus antiguos colaboradores, además de tener acceso al sumario.
El punto de partida de la investigación judicial es un informe de la entonces Comisión de Operaciones de Bolsa (COB) sobre las cifras publicadas por la compañía entre 2000 y 2002, de cuya sinceridad la autoridad bursátil ha manifestado más que dudas.
Además, los jueces instructores, que disponen de correos electrónicos requisados en la sede de Vivendi, cuestionan, entre otras, las reglas contables que utilizó la dirección durante la presidencia de Messier, en particular para la consolidación de sus filiales de telecomunicaciones Cegetel y Maroc Télécom, según el diario francés "Le Monde".
También se interesan por ciertas afirmaciones del ex presidente, como la que hizo tras la absorción de Seagram en el sentido de que el grupo no estaba endeudado, cuando en realidad tenía ya un pasivo de 12.000 millones de euros (además de los 15.000 millones de su filial Vivendi Environnement, ahora bautizada Veolia).
Otro capítulo del sumario de no menor relevancia son las operaciones de auto-compra de acciones llevadas a cabo por VU, sobre todo en las semanas que siguieron al 11 de septiembre de 2001, durante las que se estima que se gastó unos 1.500 millones de euros.
El problema es que esas intervenciones en el mercado, según los investigadores, se hicieron con total opacidad hacia los accionistas para mantener la cotización de las acciones en los días que precedieron a la publicación de los resultados, el 25 de ese mes de septiembre.
Por si fuera poco, siempre de acuerdo con los investigadores, Vivendi había superado el límite legal del 10% de las acciones que se pueden tener en auto-cartera, como le advertía ya el 18 de mayo de 2001 Hannezo a Messier en un correo electrónico.
Pero el entonces presidente hizo oídos sordos, y del 11 por ciento de acciones propias que controlaba la empresa el 30 de mayo de 2001 se pasó al 12.60 por ciento el 30 de septiembre y al 13.73 por ciento a finales de ese año.
El procedimiento judicial se abrió por la denuncia de la Asociación de Pequeños Accionistas, que consideraba que sus intereses habían sido dañados por "una presentación errónea por parte de los directivos de Vivendi y de varios otros intervinientes del balance y de la situación financiera de la tesorería".
Los jueces instructores analizan también una posible malversación de fondos, ante los salarios, primas o gratificaciones varias de algunos de los antiguos dirigentes, incluido el mismo Messier.
La justicia no se detiene en la gestión de Messier, según "Le Monde", sino que trata de aclarar, además, una emisión de obligaciones lanzada por el actual presidente de VU, Jean-René Fourtou, en otoño de 2002, en el marco de la cual este último y varios de sus allegados compraron títulos por valor de más de 20 millones de euros y lograron una plusvalía de más de 11 millones.