La diabetes tipo 1 requiere inyecciones de insulina.
Experimentando con ratones, un equipo de investigadores de la Universidad Rockefeller pudo detener la enfermedad en sus primeras etapas.
Lo lograron al evitar que el sistema inmunológico destruya las células del páncreas, órgano que controla la producción de la hormona clave insulina.
La investigación, que esperan poder aplicar en los humanos, fue publicada en la revista Journal of Experimental Medicine.
La diabetes Tipo 1 es causada por una deficiencia en el sistema inmunológico del cuerpo, que identifica erróneamente a las células productoras de insulina en el páncreas como invasoras foráneas, y las destruye.
Una vez que las células son destruidas, el cuerpo no tiene la capacidad de producir insulina, y por lo tanto, carece de capacidad para metabolizar el azúcar.
El equipo de Rockefeller pudo detener esta destrucción al estimular la producción de un tipo especializado de una célula del sistema inmunológico -la célula supresora T- que puede paralizar la respuesta inmunológica del cuerpo.
Los científicos lograron evitar que el sistema inmunológico destruya las células del páncreas.
Extrajeron células T de los ratones, y las estimularon para que crecieran en grandes números al exponerlas a otro tipo de célula del sistema inmunológico que desata su proliferación.
Las nuevas células T fueron inyectadas en los ratones. Con un mayor número de células T, la señal de paralizar la respuesta inmune destructiva fue mucho más poderosa que lo que hubiera sido de lo contrario, y menos células fueron destruidas.
El principal investigador, Kristin Tarbell dijo que "en vez de silenciar los agresores directamente, descubrimos cómo generar otro tipo de célula, llamada célula reguladora o supresora, que esencialmente paraliza a los atacantes".
