EL SIGLO DE TORREÓN
Torreón, Coah.- Dos presuntos “puchadores” y un comprador fueron detenidos la tarde de ayer por elementos de la Dirección General para la Investigación del Secuestro y Crimen Organizado del Estado (DGISCOE), en los momentos que realizaban una transacción comercial. Los tres están a disposición del Ministerio Público de la Federación.
A las 14:00 horas, agentes del también llamado Grupo Especial realizaban un recorrido por a colonia Nuevo México cuando a la altura de la calzada Gustavo A. Madero, observaron a tres individuos en el lugar, dos de los cuales intercambian objetos mientras que el tercero permanecía a un lado llevando una mochila negra colgada al hombro.
Este último se percató de la presencia policíaca y echó a correr, por lo que fue seguido por uno de los elementos que logró detenerlo a escasos metros de donde se le avistó, manifestando llamarse Jorge Ramírez Carrillo, de 22 años de edad, domiciliado en avenida B Callejón Cuarto No. 1023 de la colonia Nuevo México.
En el interior de la mochila se le encontraron dos pesas electrónicas, tres bolsas transparentes en cuyo interior había polvo blanco con las características de la cocaína; seis sobres transparentes chicos con piedras blancas; seis bolsas blancas con residuos de polvo semejante a la cocaína; una bolsa con más polvo blanco.
También llevaba otra bolsa con hierba seca y verde semejante a la mariguana; una cajetilla de cigarrillos con ocho cigarros “especiales” combinados de hierba seca y verde y polvo blanco: otra bolsa con varios rollos de envoltorios de plástico transparente; una media cartera en cuyo interior había una pastilla Rivotril, un tubo de vidrio, un sobre de plástico con cuatro popotes y cinco navajas.
Mientras esto sucedía, otro de los policías capturaba a Javier Almeida Contreras, de 34 años de edad, vecino de avenida Séptima de la colonia Vicente Guerrero, a quien se le encontró en la bolsa delantera derecha del pantalón, una bolsa de plástico en cuyo interior había hierba verde y seca, reconociendo que era mariguana que se la acababa de comprar a Felipe Balderas Juárez, el otro de los individuos.
Asimismo, Felipe y Jorge aceptaron que ellos venden los enervantes entre los viciosos del lugar, por lo que fueron remitidos, junto con el comprador, al Ministerio Público de la Federación.
