Jerusalén, (EFE).- Un israelí que hace 34 años robó un aparato de hacer mediciones de una escuela técnica de Tel Aviv, en la cual estudiaba, decidió devolverla para "poder dormir en paz", según le confesó a una profesora que le había enseñado las Sagradas Escrituras.
El aparato, importado del Reino Unido, fue devuelto a la escuela por el ladrón, ahora un acomodado hombre de negocios, con una petición de excusas.
"Robé la máquina del armario de las herramientas porque era bella y fascinante, pero nunca la utilicé y la conservo en su envoltorio original", le dijo al encontrarla casualmente en una calle de Tel Aviv.
En tiempos de estudiante "era un gamberro, pero luego maduré, tengo hijos y nietos, y no puedo vivir con ese hurto", le confesó.
A su vez, la maestra declaró a los periodistas que "esta confesión, en días en que oímos a diario de actos de violencia y delitos, me emocionó".
"Se ve que mis enseñanzas dieron fruto. Mejor tarde, que nunca", comentó la profesora de Biblia, que lo alivió de ese peso en su conciencia, y le aconsejó la devolución.