La mujer debe cambiar los mitos que giran alrededor de ella.
El Siglo de Torreón
Torreón, Coah.- En México se estima que la Población Económicamente Activa (PEA) femenina percibe ingresos anuales –promedio- por 27,179.38 pesos (566.23 pesos semanales).
De acuerdo a datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, las remuneraciones económicas en México se estimaron en 521,789.805 millones de pesos con una población femenil de 19,197,998 personas.
Un dato interesante que arrojó la Encuesta Nacional de Empleo 2002 es el hecho de que las personas que realizan trabajos domésticos son 60,337,339 individuos, de las cuales un 75.97 por ciento corresponden a las mujeres de todo el país y que no perciben ningún ingreso por su trabajo diario.
La investigación realizada por El Siglo de Torreón reveló que el sueldo o salario que reciben las mexicanas por las actividades que realizan es mal pagado en el país. Con una población femenina de 49,891,159 personas, sólo 19,197,998 reciben una remuneración por las tareas que realizan dentro o fuera del hogar.
Aún cuando la PEA para el sexo débil se estimó proporcionalmente en 20,031,300 personas, la cifra fue restada con la Tasa de Desempleo Abierto de marzo. La razón es sencilla: se buscó contemplar sólo a quienes laboran y reciben un ingreso y no aquellas que buscaron estar ocupadas en dicho período.
Cuantificando los sueldos y salarios, las contribuciones patronales al régimen de seguridad, aportaciones patronales para fondos para el retiro, otras prestaciones sociales, utilidades y pago de indemnizaciones por despido, se logró promediar una remuneración anual de 27,179.38 pesos, monto que se pulveriza en 2,264.94 pesos al mes o de 566.23 pesos a la semana.
Aunque muchas asalariadas incluso no se encuentran en este rango, sino que perciben un poco más, otras personas con actividades de limpieza o de preparación de alimentos perciben un menor monto cada semana.
De igual forma, existen aquellas empleadas con una percepción al doble o al tripe, sin embargo, el cálculo realizado sólo es un promedio aproximado al considerar la población femenina que labora y los sueldos y salarios que se percibieron en dicho período.
Los tiempos han cambiado
Contrario a otros años, cuando el hecho de ser mujer no sólo era una limitante para colocarse en una vacante, sino para obtener la misma percepción salarial a un hombre, en la actualidad la situación es más equitativa entre ambos sexos.
Sin embargo, la única excepción a la regla la reporta la industria maquiladora de prendas de vestir, en los puestos de operarios. Para un mismo puesto de costurera se le paga un 50 por ciento más a un hombre que a una operaria femenina. El resto de las actividades productivas en La Laguna no muestra fuertes diferencias en percepciones por el solo hecho de no ser hombre.
Arlet Leal Metlich, directora general de Selecta, agencia de colocación de personal explicó que en los puestos a nivel profesional, de jefatura o directivos no se aplican contrastes en los ingresos que recibe una persona del sexo masculino o femenino.
Los operarios de la industria de la confección en La Laguna no cuentan con esta igualdad de pago. El hecho de ser una mujer que labora su jornada de ocho horas diarias no tiene el mismo efecto en su bolsillo: gana 1,800 pesos mensuales. Sin embargo, un hombre obtiene ingresos por 2,500 pesos.
La única explicación que encontró la especialista en la contratación de personal es el hecho de que las operarias femeninas no valoran su trabajo y tienen una baja autoestima. La falta de una cultura laboral, en donde conozcan cuánto vale lo que confeccionan es una de las limitantes para no exigir igualdad en derechos, pero sobre todo en sueldo.
La tendencia dentro del mercado de prendas de vestir es a contratar a quienes cobren menos: las mujeres.
En las ventas de productos y servicios se contrata personal de ambos sexos. A decir de la experta en la colocación de personal se paga igual si es hombre o mujer. La percepción mensual es de 3,500 pesos más comisiones, dando un total de seis mil pesos.
Mientras Arlet Leal recuerda que hace cinco años sí había un problema de género en las contrataciones de empleados, ya que actualmente existen las mismas oportunidades para personal femenino o masculino por competir por una plaza, con sueldos similares.
Sin embargo, existen áreas que siguen siendo específicas para cada sexo. Por ejemplo, en un puesto de director de alto nivel siempre se contratan hombres porque no se encuentran mujeres con una experiencia laboral de más de 15 años.
En las líneas de producción, la tendencia es a contratar ingenieros en producción, particularmente porque se piensa que saben manejar mejor el personal. Las áreas de mantenimiento también son reservadas para ellos.
Aunque en residentes de obra da lo mismo si es hombre o no, en las áreas de compras y finanzas existe la creencia de que las empleadas son más confiables y que rechazarían una mala negociación.
Dentro de los casos poco comunes que se ha encontrado la entrevistada es contratar secretarios para ciertas empresas, taxistas o mecánicas automotrices.
Aunque no existe una política escrita en los negocios, de acuerdo a la especialista se le ponen más trabas para aceptarla que a una mujer soltera.
En búsqueda de la perfección
Dolores en un día normal se levanta a temprana hora para enviar a sus hijos a la escuela, realiza deporte al aire libre y abastece de materias primas a sus negocios. Ella en todo lo que hace trata de ser perfecta.
Las empresarias han adoptado la característica de ser mujeres perfeccionistas. Además de ser esposas y madres de familia, ahora tienen un nuevo rol: iniciar un negocio y sostener una planta laboral por cuenta propia.
Algunas de ellas han tenido el olfato o la suerte para detectar por instinto nichos de mercado poco explotados por los hombres de negocios, por lo que han tenido éxito en lo que han emprendido.
Sin embargo, el combinar su limitado tiempo entre la empresa, el hogar y los hijos durante las 24 horas del día la convierte en algo así como una “súper” mamá.
Dolores Rebollo de Cepeda, mejor conocida como Lolo, es una joven emprendedora. A ella le ha tocado cumplir tres roles en su vida: ser esposa, madre y empresaria. Desde hace 20 años está casada y tiene tres adolescentes a quienes cuidar. Debido a que siempre ha sido inquieta en todas sus actividades ha logrado incursionar en proyectos osados y poco tradicionales para una mujer: instalar un taller de costura de ropa de niños y tener en operación dos franquicias expendedoras de café.
Contrario a otras mamás tradicionales, Lolo se considera distinta a las demás dado que debe combinar su tiempo con la familia y sus pequeñas empresas.
Un día normal para ella es levantarse a las seis de la mañana para enviar a sus hijos a la escuela. Después sale a correr con sus amigas. Antes de las diez de la mañana abastece de materias primas su negocio de costura y de café. La hora de comida es sagrada y no es sacrificada por el dinero, por ser el único momento en que todos se reúnen.
A las cuatro de la tarde, “hay que ir corriendo” a dejar a sus hijos a las actividades extraescolares. A las 20:00 horas acude a las franquicias para supervisar el negocio y cierra finalmente cerca de las diez y media de la noche.
La aportación económica que realiza al hogar es compartida con su esposo. Ella proporciona el 30 por ciento de lo que se requiere diariamente en la casa, ya que el dinero que se maneja es reinvertido o utilizado en la compra de equipo o insumos. La percepción de ingreso es de más de seis salarios mínimos.
Aunque cada proyecto le ha costado dinero y un gran esfuerzo para dedicarse al diseño y confección de prendas de vestir para niños y; comprar dos franquicias para la venta de bebidas preparadas de café, Dolores Rebollo siempre ha tenido como prioridad el atender su familia.
Contrario a lo que sienten otras mamás que deben trabajar y dejar a sus hijos, la entrevistada confesó que esto no se aplica en su caso, ya que ha logrado no ser una madre ausente, sino estar siempre al pendiente del crecimiento de sus hijos.
El apoyo de su esposo y de sus retoños son para la empresaria un elemento clave para hacer todo lo que le gusta e iniciar nuevos proyectos de inversión como personales.
Dentro de las recomendaciones que hace a las mujeres que se dedican a su hogar o que laboran, pero que tienen ideas de poner un negocio, es no esperar más y lo lleven acabo, ya que el trabajo dignifica y da seguridad a las personas.
Hoy las mujeres empresarias han buscado optimizar su tiempo, pero delegando responsabilidades a los miembros de la familia para cumplir casi a la perfección en su hogar y en su negocio.