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Día de Reyes | Una tradición que agoniza

Cada vez es menos la gente que compra rosca.

EL SIGLO DE TORREÓN

TORREÓN, COAH.- Muchos zapatos se quedarán vacíos junto a la ventana este seis de enero. Aunque los niños escribieron con tiempo sus cartas a los Reyes Magos, la crisis económica y una tradición poco arraigada impide a los padres de familia surtir la lista de regalos de sus hijos.

Joselinne Zaharay no todos los años escribe una carta para los Reyes Magos. “A veces se me olvida, pero hoy (ayer) en la tarde la voy a hacer para que me traigan por lo menos dulces”.

Además de la carta, Joselinne acostumbra dejar un vaso de leche y pan para que los Reyes Magos cenen después de dejar los regalos. “Sí creo en ellos porque si no existieran no estarían en los nacimientos junto a Jesús”.

Asegura que no es la única niña que cree en los Reyes Magos. “Mis amigos también les escriben cartas porque sí existen”.

Mariel asegura conocer a los Reyes Magos. “No me acuerdo dónde los he visto pero sí los conozco, yo quiero que me traigan una salita de madera para mi muñeca, si no me traen nada pues ni modo. Esta es la primera vez que les escribo y espero que sí lleguen los regalos”.

Pero muchas madres de familia como Sandra no podrán surtir la lista de regalos. “No tengo la costumbre de regalarle algo a mis hijos en estas fechas, ya se les compraron juguetes en Navidad y la crisis económica no está para darles más”.

Y añade: “lo único que hago en estas fechas es comprar la rosca para cenar, preparo un chocolate para reunirnos en familia pero nada más, nada de regalos porque no hay dinero”.

Una vida de panadero

Hace 20 años, Jesús Marcelo Sánchez decidió dejar el campo para aprender el oficio de panadero y no se arrepiente porque asegura que la pobreza en las comunidades rurales es demasiada por la falta de oportunidades.

“Comencé en Guadalajara, ahí me enseñaron el oficio. Cuando decidí dejar el campo para mudarme a la ciudad no encontraba trabajo y por eso me hice panadero, la verdad no extraño para nada el rancho”.

En ese entonces, dice, tenía 22 años y era soltero. Ahora tiene tres hijos y gracias a su oficio ha podido mantener a su familia. “Todo trabajo tiene su dificultad pero con el tiempo y la práctica se va haciendo más fácil”.

Para Jesús Marcelo la tradición del Día de Reyes se pierde año con año. Recuerda que antes el trabajo era más pesado en esta fecha. “Se vendían muchas roscas y ahora no, no es lo mismo”.

Por el precio, asegura, y porque a la gente ya no le interesa conservar las tradiciones, la venta de roscas ha disminuido considerablemente. “Hay otro tipo de pan que ya casi no se hace por laborioso como la campechana, es que a nosotros nos pagan según el trabajo que hagamos y por eso muchos panaderos se van por las piezas más sencillas de preparar”.

A pesar de las bajas ventas en estas fechas suele incrementarse el trabajo. “No sé cuál sea el significado de la rosca de Reyes pero es una tradición y no hay que dejar que se pierda porque, por ejemplo, también el pan de muerto ya casi no se vende”.

El origen católico

Ignacio Mendoza Wong Sánchez, director de Comunicación Social de la Diócesis de Torreón, explica que para la Iglesia Católica la fiesta del seis de enero tiene dos nombres: Epifanía —manifestación del Señor— y Reyes Magos.

Según el sacerdote, la Epifanía es una de las fiestas litúrgicas más antiguas, incluso más que la Navidad. Comenzó a celebrarse en Oriente Medio en el siglo III y en Occidente se adoptó en el siglo IV.

Epifanía, voz griega que a veces se usa como nombre de persona, significa “manifestación”, pues el Señor se reveló a los paganos en la persona de los magos.

Para los occidentales, la Epifanía es popularmente el día de los Reyes Magos. El hecho lo cuenta San Mateo: “Llegaron unos magos a Jerusalén, preguntando por el nacido Rey de los judíos, pues habían visto su estrella en Oriente e iban a adorarlo”.

“Precisamente, en esta adoración han visto los santos padres la aceptación de la divinidad de Jesucristo por parte de los pueblos paganos. Los magos supieron utilizar sus conocimientos, en su caso, la astronomía para descubrir al Salvador, prometido por medio de Israel, a todos los hombres” comenta Ignacio Mendoza.

A Melchor, Gaspar y Baltasar —nombres que les ha atribuido la leyenda, considerándolos tres por ser triple don presentado, según el texto evangélico— puede llamárseles adecuadamente peregrinos de la estrella.

La Epifanía, así como lo expresa la liturgia, anticipa la participación en la gloria de la inmortalidad de Cristo manifestada en una naturaleza mortal. Es, pues, una fiesta de esperanza que prolonga la luz de la navidad.

Ignacio Mendoza Wong considera que la tradición del Día de Reyes ha perdido su significado litúrgico reduciéndose a lo comercial. “No estoy en contra de los regalos, de la fiesta, pero todo eso se puede mezclar con lo religioso”.

A los niños, asegura, no se les explica el significado de esta fecha y en consecuencia lo desconocen. “Los obsequios no están peleados con el sentido cristiano, hay que complementarlo y dejar en claro que Dios es el principal regalo”.

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