Los líderes paramilitares recibieron un permiso de 48 horas para viajar a Bogotá y hablar del proceso de paz que las AUC celebran con el Gobierno.
28 de julio 2004.
Bogotá, Colombia (EFE).-Salvatore Mancuso, máximo jefe del grupo paramilitar de derecha Autodefensas Unidas de Colombia, reclamó hoy ante el Congreso un "trato justo" como "recompensa" por haber combatido a las guerrillas y reemplazar la ausencia del Estado.
Mancuso, jefe militar de las AUC, llegó a la sede legislativa junto con los también líderes paramilitares Ramón Isaza y Ernesto Báez, en medio de espectaculares medidas de seguridad y dentro de una controvertida visita a Bogotá autorizada por el Gobierno, que suspendió decenas de órdenes judiciales pendientes en su contra.
Los líderes paramilitares recibieron un permiso oficial de 48 horas para viajar a Bogotá y participar en un foro organizado por la Comisión de Paz de la Cámara de Representantes para hablar del proceso de paz que las AUC celebran con el Gobierno desde 2002.
En un largo y adornado discurso, Mancuso reclamó un "marco jurídico con plenas garantías para la reincorporación plena a la vida civil" de las fuerzas paramilitares, creadas hace 22 años.
Subrayó que están dispuestos a reparar sus crímenes e incluso a aportar sus bienes, si se les garantiza una "salida digna" a los combatientes de las AUC y como recompensa "por "haber liberado a media Colombia de la guerrilla", en lugar de la cárcel.
El líder paramilitar, quien dijo que acudía "conmovido" al recinto, aseguró que esos grupos prosperaron por el vacío del Estado y en uso del "derecho inalienable a la legítima defensa".
Subrayó que está "en irrenunciable misión de paz" y reafirmó el "compromiso patriótico" de las AUC de asegurar "una Colombia sin guerrillas de izquierda", a cuyos líderes "los dejó el tren de la historia".
No obstante, pidió "un pacto de amor por la vida para que no haya un muerto más en Colombia por razones políticas o ideológicas".
La fase formal del proceso empezó el pasado 1 de julio, cuando entró en vigencia legal una "zona de ubicación" en el departamento de Córdoba (noroeste), en la que se concentran 400 paramilitares, entre ellos Mancuso, Isaza y Báez, que llegaron de esa región en un avión militar.
Mancuso también insistió en que el Estado otorgue nuevas zonas de ubicación en varias regiones del país, así como alternativas para los cultivos ilegales del narcotráfico.
Horas antes, la presidenta de la Cámara de Representantes, Zulema Jattin, al dar la bienvenida a los asistentes, dijo que "la Comisión de Paz de la Cámara de Representantes es el escenario propio para trabajar por la reconciliación nacional".
"Compartimos la búsqueda de soluciones políticas negociadas al conflicto armado interno. Celebramos la iniciativa del Gobierno Nacional al tratar de buscar este tipo de soluciones", expresó la congresista.
Entre tanto, el congresista Oscar Arboleda, de la Comisión de Paz, dijo en alusión a las criticas hechas a esta sesión, que el Congreso no puede recibir delegados de la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN), como lo hizo en junio, y negarse a hacerlo con los paramilitares.
A la sesión asistieron los embajadores de Argentina, Argelia, Bolivia, China, El Salvador, Líbano, Marruecos, Palestina, Panamá, Perú, República Dominicana, Rumania, Soberana Orden Militar de Malta y Uruguay.
Sin embargo, se excusó a última hora el delegado de la Organización de Estados Americanos (OEA) para la verificación del proceso, el argentino Sergio Caramagna.
Aunque en un comienzo se indicó que los jefes paramilitares pernoctarían en Bogotá y que Mancuso iría a un chequeo médico, se informó de que regresarían hoy mismo a la "zona de ubicación".
