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Días contados

René Delgado

Primera de dos partes

El país vive días contados. No hay planes ni proyectos y por más que los precandidatos presidenciales quieren fijar la vista en 2006 e imaginar el porvenir -o, mejor dicho-, su porvenir, lo cierto es que la élite política vive y promueve un presente achatado que, al ignorar el pasado, cancela el futuro. Sacar el día es su meta y gloria. Un horizonte más amplio, más grande no entra en su cabeza. Algunos ciudadanos exigen propuestas y no sólo diagnósticos. Sin embargo, propuestas hay y sobran. Enrique Krauze hizo una, el rector Juan Ramón de la Fuente y el empresario Carlos Slim formularon otra, Diego Valadés y Manuel Camacho armaron un foro..., el listado de ideas para sacar al país de su marasmo es bastante largo y, sin duda, vendrán otras. La misma tensión que vive el país podría ser el acicate para hacer del problema una oportunidad. Sin embargo, por parte de la ciudadanía no ha habido la capacidad para acotar a la clase política y exigirle que concentre su atención en algo distinto a sus pleitos, pugnas e intereses personales. Tal es el grado de concentración en las distracciones que hasta aquella vocación de mirar lo que ocurre fuera del país se ha ido perdiendo. El mundo no forma parte de la agenda nacional. La nueva Constitución europea que marca el arranque para integrar una comunidad política y no sólo económica está ausente del debate o, incluso, la elección estadounidense que sin duda repercutirá en México no acaba de encontrar su propio espacio. El país vive días contados.

*** Se viven situaciones tan absurdas como la de Morelos. En la lógica de esa crisis local, el Poder Ejecutivo no existe más. El gobernador Sergio Estrada Cajigal es una autoridad desconocida por el Poder Legislativo estatal y la parálisis que esa situación provoca lleva ya una semana. Y ni así la Suprema Corte de Justicia anuncia la resolución correspondiente, sea para acabar o precipitar la crisis que en Morelos se perfila. Acción Nacional está decidido a defender al indefendible Gobernador de esa entidad. Lo mueve el propósito de evitar que la decisión del Poder Legislativo de Morelos se constituya en un recurso de la oposición con mayoría en los congresos para destituir a los Gobernadores constitucionalmente electos. Y esa parte se entiende, pero también se entiende que la actuación de Sergio Estrada Cajigal a todo lo largo de su Gobierno es indefendible. Frívolo, irresponsable, sordo a las advertencias que oportunamente se le hicieron, incapaz de integrar un equipo de Gobierno, el Gobernador quiere terminar su mandato amparado en la justicia. Sin embargo, políticamente nada lo ampara. La dignidad política es una palabra ajena a los oídos del Gobernador. Está resuelto a llevar a una crisis a la entidad, antes que verse desplazado de su puesto.

*** El Senado -al menos las fracciones tricolor y albiazul- resolvió esta semana mandar de vacaciones su representación popular. De su función, asumieron sólo hacer valer su investidura como representantes de partido y en esa medida, cerrar los oídos al reclamo de darle una nueva oportunidad a la Comisión Nacional de Derechos Humanos. Todos los señalamientos de activistas a favor de los derechos humanos o de intelectuales interesados en esa materia, los echaron al cesto de la basura. En una negociación de canje resolvieron ratificar a José Luis Soberanes al frente de esa comisión y colocar a Sergio Valls en el sillón que faltaba ocupar en la Suprema Corte de Justicia. Las críticas y consideraciones hechas sobre el pobre papel desempeñado por José Luis Soberanes al frente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos a lo largo de su gestión fueron desoídas. Los señalamientos de cómo construyó sus apoyos, el gasto público empleado en su campaña, nada de eso oyeron los senadores del PRI y el PAN. El pomposo mecanismo de selección del ombudsman fue un engaño y la necesidad de revitalizar la comisión como institución y como autoridad poco importó. Lo importante era hacer la chica en la necesidad de ocupar posiciones en el horizonte de 2006 y nada más.

*** A su vez, los diputados mostraron de nuevo que, aun con tiempo, se puede legislar sobre las rodillas y anteponer los intereses partidistas por encima del interés nacional. La propuesta de Ley de Ingresos y el Presupuesto 2005 la entregó el Ejecutivo en la nueva fecha que se aprobó y eso, que se entendía como la oportunidad para que los legisladores hicieran un análisis serio y de fondo sobre los números, de nada sirvió. El PRI repitió la estrategia de tomar como rehén los asuntos nacionales para hacer valer sus intereses partidistas. La elección de Veracruz y Oaxaca contra la Ley de Ingresos. La mezcla de asuntos distintos para sacar raja de ellos. Hubo muertos en la elección de Oaxaca, hubo irregularidades en los comicios de Oaxaca y Veracruz y la mejor forma que el priismo encontró para evitar perder en el tribunal lo que quién sabe cómo ganó en las urnas, fue tomar como rehén la Ley de Ingresos. Clarísimo fue el mensaje de Roberto Madrazo al presidente Vicente Fox. Si el tribunal electoral roza con el pétalo de una resolución adversa su presunto triunfo electoral, más vale olvidarse de toda negociación parlamentaria con el PAN para sacar asuntos del interés nacional.

Continuará mañana...

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