Todavía con manchas hemáticas en sus brazos y manos, Néstor Vargas Quiñones yace en el Hospital General. Refiere que el hoy finado, José Manuel Díaz Medina, quien dirigía la CNC, había recibido anteriormente amenazas de muerte, pero no sabe de quién, aunque afirma que sí tenía muchos enemigos. Hoy sólo pide que las autoridades encuentren a los responsables y que hagan que paguen caro lo que hicieron, aunque ya el Gobierno del Estado explica que todo apunta a la familia Salazar, del municipio de Nuevo Ideal.
Se observa cansado. Mientras tanto agentes de la Policía Ministerial vigilan su seguridad, pues es uno de los sobrevivientes del atentado que sufrió José Manuel Díaz Medina, quien fungía como líder de la Confederación Nacional Campesina (CNC).
Los informes policiacos que se tuvieron el viernes por la noche indicaron que Néstor Vargas, quien además de desempeñarse como titular de Comunicación Social de la CNC y fungir en el pasado como diputado local, dirigente de la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado (FSTSE) y dirigente del sindicato de la entonces Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos (SARH), conducía la camioneta en la que viajaban, pero Vargas Quiñones, entrevistado en la cama del hospital confirmó que era el mismo Díaz Medina quien maniobraba el vehículo.
Venían de una reunión de la CNC que habían realizado en Canatlán y se dirigían al municipio de Durango. Se encontraban entre la Sauces y Piedra Encimada, cuando fueron emboscados por vehículos, de los que dijo no darse cuenta de cómo eran, porque todo pasó muy rápido.
Sólo escuché que dijo Díaz Medina, ?¡aguas, aguas!?, cuando de inmediato empezaron a ?tronar? los disparos, dice.
Vargas Quiñones explica que él viajaba en la parte derecha y en medio iba la secretaria de Díaz Medina, Norma Rocío Robledo. Cuando comenzaron los disparos lo único que llegó a hacer fue agacharse. Rocío sólo gritaba que la protegiera. El ex diputado local se sintió herido de la cadera. Dice que las ráfagas y el tiempo que estuvieron por ahí los asesinos fueron como en un espacio de cinco minutos.
Ya cuando se fueron se quedaron ahí unos momentos, pero Néstor no se pudo mover, trató de auxiliar al dirigente cenecista, pero nada pudo hacer ante los mortales disparos que recibió en distintas partes del cuerpo.
Posteriormente, Norma Rocío bajó del vehículo y fue a buscar ayuda y fue del modo en que fueron auxiliados.
Néstor Vargas comentó que Díaz Medina tenía muchos enemigos y que constantemente lo amenazaban de muerte, aunque no tenía idea precisa de quién pudiera haber perpetrado este asesinato, pero sí explicó que todo apunta a rencillas personales.
Algo sí aseguró, estaban cazando a Díaz Medina. Estaban esperando el momento adecuado para emboscarlo y darle muerte.
De las autoridades sólo pide que éstas no paren hasta encontrar a todos los responsables de este crimen, para que paguen caro este asesinato, aunque tras haber vivido en sangre propia un atentado, dice que en Durango existen muchas personas armadas, lo que implica mayor inseguridad pública.
Sin resolver sobre su cadera
Dentro de lo malo, lo bueno, y es que la familia de Néstor Vargas, director de Comunicación Social de la Confederación Nacional Campesina (CNC), así como los médicos del Hospital General consideran que habrá que esperar por lo menos una semana para valorar su estado médico. En la cabeza sólo recibió heridas de soslayo por los disparos causados por AK-47. Incluso hubo despostillamiento del cráneo.
Por otro lado, en la cadera del lado derecho recibió un impacto de bala, que literalmente le destrozó esta parte. Este fragmento óseo es el que sostiene también al fémur. La posibilidad de una prótesis es sólo eso, una posibilidad, pues debe registrarse un periodo de espera para que no se presente ninguna infección. También esperan desinflamación para poder realizar cualquier acción quirúrgica en este lugar, según informó el subdirector de fin de semana, del Hospital General, José Sánchez Andrade.
