Jamali sería sustituido al frente del Gobierno antes del próximo 3 de julio.
26 de junio de 2004
Islamabad, (EFE).- El primer ministro paquistaní, Mir Zafarullah Jan Jamali, anunció públicamente su dimisión tras una reunión de la dirección de su partido, la Liga Musulmana de Pakistán (PML), y reiteró su apoyo al régimen que encabeza el presidente, general Pervez Musharraf.
El líder de la gobernante PML, Chaudhry Shuyat Husain, ha sido designado para sustituir a Jamali al frente del gabinete de ministros, que será remodelado, según han anunciado portavoces oficiales del partido.
"He dimitido de mi puesto de primer ministro hoy", dijo ante los periodistas Jamali, quien aseguró que "no quiero molestar a nadie", al confirmar las informaciones no oficiales que desde ayer anunciaban su inmediato abandono de la jefatura del Gobierno, pues su "prioridad es el bien del país".
Previamente, un alto cargo de la PML había señalado que Musharraf había aceptado la dimisión de Jamali en una reunión celebrada esta mañana e indicó que se había debido a "diferencias" entre ambos.
Ayer, el diario paquistaní en inglés "The News" afirmó que Jamali sería sustituido al frente del Gobierno antes del próximo 3 de julio, cuando Musharraf tiene previsto realizar un viaje a Escandinavia.
El periódico aseguró que "se han acelerado los esfuerzos para completar todo el proceso, incluida la salida del actual primer ministro, la designación del nuevo y su voto de confianza en la Asamblea Nacional, para antes de que el presidente parta de viaje al extranjero".
Jamali desmintió está misma mañana que fuera a renunciar, en declaraciones a varios periodistas a los que dijo: "No pienso dimitir y nadie me lo ha pedido. Se debe creer al primer ministro cuando afirma algo y no me parece apropiado tener que aclarar todos los días si seguiré en el cargo".
Horas más tarde, la emisora privada de televisión paquistaní ARY anunció la dimisión de Jamali y señaló que se esperaba que fuera designado un sustituto de inmediato.
Aunque el régimen de Musharraf cuenta con el apoyo de la PML y otros grupos favorables a los militares en la Asamblea parlamentaria, el presidente y Jamali no han conseguido que la oposición, incluida la poderosa alianza de partidos integristas islámicos radicales, acepte su política de Estado.