Y luego se quejan del obduliómetro, que pinta a los legisladores del DF como, dijeran las abuelas, los más flojos y caros del país. Los del PAN y el PVEM son ?pirruris?, por lo que no es extraño; lo gracioso en el PRD es que mientras ?El Peje? anda en Tsuru, sus diputados utilicen camionetas del año.
En un auténtico lastre para la ciudadanía se han convertido los diputados locales de la Asamblea del DF, que de una forma gangsteril se reparten el dinero de los ciudadanos sin importarles las formas ni, por supuesto, los fondos.
De manera desvergonzada idean cada rato cómo quedarse con el botín que significa los excedentes del dinero de los contribuyentes, con lo que se han enriquecido todos. Salvo honrosas excepciones, las fracciones parlamentarias están llenas de vividores, haraganes e ignorantes, que en nada benefician a la ciudad que les paga.
La reportera Carolina Pavón reveló que cada diputado se ha llevado en estos días algo así como 400 mil pesos entre bonos, aguinaldo y apoyos. Parece que sólo esperaban su chequecito, lo cual ocurrió el diez de diciembre, para abandonar el trabajo. Es una vergüenza que por segunda sesión consecutiva se haya suspendido la reunión plenaria porque no había quórum.
Es decir, no pudieron juntar al menos 34 de 66 diputados. Todos los partidos son responsables, empezando por la mayoría del PRD, que se dice muy de izquierda, pero cobra como si fuera de derecha. O como los del PAN, que son de derecha y cobran como tales, pero que trabajan como los de izquierda, nada más sentados tratando de componer el mundo.
Y luego se quejan del obduliómetro, que pinta a los legisladores del DF como, dijeran las abuelas, los más flojos y caros del país. Los del PAN y el PVEM son ?pirruris?, por lo que no es extraño; lo gracioso en el PRD es que mientras ?El Peje? anda en Tsuru, sus diputados utilicen camionetas del año. De los curulecos que ya habían tenido ?hueso? se entiende que traigan carrazos, pues ya habían podido engordar sus carteras. Pero de los nuevos, ¿de dónde tan rápido? Por ejemplo, Gerardo Villanueva llegó a la ALDF diciendo que no tenía casa ni carro, pero de volada estrenó una X-trail e incluso ya la cambió...
Alberto Trejo se mueve en una Expedition, aunque también se le ha visto en un BMW color rata (sugerente color). Carlos Reyes Gámiz no canta mal las rancheras y así como anda en una minivan negra, usa también una Grand Cherokee gris con asientos de piel y vidrios polarizados, pero eso sí con su calcomanía amarilla del PRD. Aunque la que parte el queso es la presidenta de la Gran Comisión de Gobierno, Lorena Villavicencio, que deja con la boca abierta a todos cuando llega en su Land Rover blanca.
Cierto que Lorena siempre ha sido niña bien, ¿pero acaso no será cuando menos contradictorio luchar por los pobres, los ancianos y los niños de la calle, mientras los perredistas se pasean en tremendo autos, con choferes, celulares y secretarias pagadas por los capitalinos?
Vaya diputados del DF, que no pasan de ser una bola de rufianes, desobligados y vividores, casi todos.
Centavitos...
Pero mientras los curulecos se despachan con la cuchara grande, sus trabajadores se truenan los dedos pues, cuando menos los de confianza, se quedarán sin cena esta Navidad. Luego de un año de trabajo apenas les darán 13 días, con lo que algunos están recibiendo la fabulosa cantidad de ¡mil pesotes! Eso sí, en dos partes para que no se los vayan a robar. ¡Qué poca!.. Pero los dirigentes del PRD tienen cosas más importantes que decidir, como el día que van a hacer su posada, pues ni para eso ha habido consenso.