EL SIGLO DE TORREÓN
¿Quién no ha tomado un café? Esa bebida universal y favorita que ha conquistado el territorio del mundo. Ahora los bares del café en Torreón, han creado una oferta para todos los gustos, edades y públicos.
La imagen del café ha revolucionado su concepto de bebida típica, es por ello que los lugares especializados en vender este tipo de producto, ofrecen tantas opciones para degustarlo: caliente, frío, de sabores, con licor, para el verano e invierno.
En mesas o recostados en la alfombra entre cojines; mientras escuchan música romántica, de trova o melodías de moda, el gusto se rompe en géneros para disfrutar de una buena taza de café y hasta el más fatigado se relaja.
Los laguneros han requerido una especie de adaptación a estas nuevas formas de preparación, siempre es importante experimentar sabores, pero lo más significativo es que se respeten las cualidades intrínsecas del café reflejadas obviamente en su rico aroma.
AMENO RECORRIDO
Precisamente, para saber quién acostumbra a seguir el nuevo protocolo de tomar café, acudimos a varios sitios ubicados alrededor de la Alameda Zaragoza. ¿Desea saber a quién nos topamos por ahí? Adelante en este recorrido.
En un negocio de este giro, en donde los meseros acostumbran vestir como oficiales de seguridad, nos encontramos a un grupo de amigas -casi todas tomaban café frío-, formado por Sofía Bustos, Tere Mota, Aba Cristina García, Leticia Ramírez, Ana Cecy Soto, Cristina Grado, Sandra Gallardo, Claudia Ayala, Flor Mora y Elsa Sánchez. Todas ellas ex compañeras de la preparatoria Carlos Pereyra.
Las chavas, quienes ahora estudian en diversas universidades de la Comarca, mantenían una divertida charla en la que recordaron a varios de los padres jesuitas que fueron sus maestros, entre ellos Federico Brehm.
En el interior del café vimos a dos parejitas, una de ellas era la que forman Oswaldo Ortiz y Ana Vázquez, quienes para platicar -dijeron- buscan sitios donde asista gente más “grandecita”, de preferencia que sean restaurantes rústicos. Los otros novios que andaban ahí eran Alfredo García Moreno y su novia Yamile Salas, ambos, además de tomar un capuchino, degustaban una rica cena.
Otra de las casa antiguas del rumbo, alberga al sitio que reúne a otros grupos de amigos como el de Marisol Meraz, Manual Santillanes y Jorge Rodríguez. Ellos prefirieron pedir el café capuchino pues, a decir de ellos, su olor es fabuloso; mientras tomaban la bebida, platicaron de sus alumnos en conocida escuela de idiomas, de quienes recordaron las palabras graciosas que expresan durante las clases.
Mientras tanto, en otro lugar dedicado a la venta de café -cuyo emblema es un títere- se hallaban en pleno brevario cultural, tomando su respectiva taza de café americano: Verónica García Peña, Rosa María Peña de García y Ricardo Ramos Sosa, el grupo se veía muy animado.
Cerca a la puerta de ese mismo lugar, figuraban de pie esperando una mesa Mónica Treviño, muy bien acompañada de su buen amigo Jorge Ramos Rodríguez, con quien comparte el gusto de beber café americano.
Sin duda, el café conquistó el territorio de todo el mundo como una de las bebidas favoritas. Ahora los laguneros siguen esta costumbre en cualquier ocasión, puede ser para el encuentro con el amor, entre los amigos, reuniones formales y muchas otras formas que, seguramente, conservarán por hoy y siempre la tradición de tomar una tacita de café.