EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- Al tratar de defender a su suegro que era salvajemente golpeado por un grupo de viciosos de la colonia Aquiles Serdán, porque no les dio para comprar ?chemo?, Miguel Ángel Acosta Montellano se lió a golpes con varios de ellos, pero al verse superado numéricamente, sacó una pistola con la que hizo un disparo al aire y esto fue suficiente para que lo detuviera la policía. Más tarde la autoridad recapacitó y también detuvo a uno de los malvivientes.
La impunidad con que a diario estos adictos que se dan cita en las afueras de un expendio de cerveza ubicado en avenida Constitución y Callejón Emiliano Zapata de dicho sector habitacional, se puso en evidencia cuando la autoridad iba actuar de manera injusta.
Miguel Ángel Acosta Montellano, de 20 años de dad, empleado de la negociación denominada Alitas Wings, ubicada en bulevar Independencia No. 801 y avenida Lerdo de Tejada, se dirigía a su trabajo cuando observó que varios viciosos a los que se les conoce como ?Los Dulceros? debido a que el padre de uno de ellos les proporciona golosinas para que vendan en la calle, estaban golpeando a una persona.
Al observar de cerca el hecho, se dio cuenta que se trataba de su suegro, José Guadalupe Sánchez Gómez, de 52 años de edad, vecino de avenida Constitución y Callejón Eugenio Aguirre Benavides No. 11 de la colonia en mención, quien regresaba de comprar mercancía que vende en una pequeña tienda acondicionada en una de las habitaciones de su hogar.
Esto lo hizo intervenir, por lo que se lió a golpes con uno de los felones, pero otros que estaban cerca del lugar también decidieron entrar ?al quite?, para lo cual sacaron sus respectivas navajas con las que intentaron lesionar al intruso.
De lo anterior se dieron cuenta su suegra, Guadalupe Gómez Sánchez, de 46 años y su esposa, Karina Sánchez Gómez, de 20, quienes también fueron en auxilio de sus respectivos maridos, siendo objeto del feroz ataque de los malvivientes que las superaban numéricamente.
Al ver que su esposa y suegros se hallaban en peligro, Miguel Ángel regresó a la casa de donde sacó una pistola tipo escuadra, marca Llama, con un cargador abastecido con dos tiros hábiles, por lo que sin pensarlo dos veces hizo un disparo al aire.
Su acción hizo efecto. Los agresores corrieron a refugiarse, temerosos de resultar heridos.
Para entonces, vecinos del lugar ya habían dado parte al 060, por lo que hicieron su arribo los elementos de la Dirección de Seguridad Pública Municipal (DSPM), a bordo de las unidades 35358, 35470, 35312, 35334 y la 35463.
Esto hizo que los viciosos se dieran a la huida refugiándose en diferentes domicilios donde les dieron protección los moradores, excepto José Cruz García Gámez, de 27 años de edad, con casa en Callejón Emiliano Zapata No. 14, quien debido a su estado de intoxicación, no logró escapar.
La detención
Al encontrarlo con el arma de fuego en la mano, los agentes preventivos procedieron a la detención de Miguel Ángel, sin tener conocimiento de cómo se habían presentado los hechos. Incluso José Cruz lo acusó de haber sufrido lesiones de su parte, por lo que ambos fueron trasladados a las instalaciones de la DSPM. Uno para su remisión y el otro para que interpusiera su denuncia.
Al llegar a la corporación, en evidente estado de intoxicación, José Cruz, quien era el supuesto afectado, desistió de los cargos en contra de su ?rival?, por lo que se retiró a su domicilio, mientras que Miguel Ángel permanecía esposado en espera de que se le remitiera a la cárcel a disposición del Ministerio Público de la Federación, por la posesión del arma.
En tanto los elementos que intervinieron en la detención, manifestaban su disgusto porque quedó libre quien debiera haberse internado en la cárcel en lugar de Miguel Ángel, que fue la víctima de las circunstancias.
