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DIMONA, ISRAEL.- Soldados israelíes comenzaron a distribuir antídotos contra la radiactividad ayer en pueblos cercanos a dos reactores atómicos de Israel, como una medida de precaución en el caso que se produzca alguna filtración radiactiva.
Funcionarios de seguridad dijeron que las píldoras de Lugol han estado almacenadas desde hace mucho tiempo para ser distribuidas en casos de emergencia y que después de dos años de negociaciones con la Comisión de Energía Atómica de Israel, el gabinete decidió que los habitantes de áreas de mayor riesgo deberían tener las píldoras en casa.
La distribución del antídoto comenzó ayer en Dimona, donde está situado uno de los reactores, en pueblos adyacentes y en aldeas situadas en el desierto Néguev, en el sur de Israel, se informó en un comunicado militar.
Funcionarios de seguridad dijeron que se había previsto realizar más entregas en el área de la planta Nahal Sorek, al sudoeste de Jerusalén.
Aunque el reactor atómico de Dimona opera dentro del mayor secreto desde hace casi medio siglo, cuando se construyó como si fuese “una fábrica textil” con la cooperación de Francia y Alemania, nunca antes se había entregado a la población este tipo de medicinas para el caso de un ataque o un fallo técnico que pudiera afectarla por un escape de material radiactivo.
Se trata de cápsulas de yodo que contrarrestan y reducen la absorción del yodo radiactivo y fortalecen el sistema de las defensas del organismo, informaron las autoridades.
El alcalde de la ciudad de Arad, Motti Brill, se manifestó en contra de que esas cápsulas sean repartidas en su localidad.
Brill, ex ingeniero del Centro de Investigación Nuclear de Dimona, afirmó que, según su experiencia, no hay necesidad de dichas píldoras y, además, su distribución dañará seriamente la imagen de su ciudad, en la que suelen instalarse muchos enfermos de asma por las características de su clima seco.
La aprobación de la campaña en el Consejo de Ministros, hace unas semanas, desencadenó una serie de protestas en la opinión pública pues la decisión despertó una inquietud que no existía hasta la fecha, a pesar de las décadas que lleva operando ese reactor, y el temor de que el peligro sea mucho más concreto que en el pasado.
Los principales enemigos potenciales de Israel, Siria y la República Islámica de Irán, cuyas autoridades han proclamado en el pasado el deseo de “destruir la entidad sionista”, cuenta con misiles balísticos capaces de alcanzar el reactor de Dimona.