Ercilia Cepeda busca proyectar sus emociones en las obras que realiza.
EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- Al llegar a la galería ella está ahí, en ese lugar donde les da vida y sentido a sus obras de arte. Detrás está el taller, lo primero que se visualiza es una mujer fuerte, quien a raíz del dolor descubrió su talento artístico.
Con las manos llenas de pintura, con un paliacate que cubre su cabeza y con una liga que sujeta su cabello café castaño, se acerca la artista Ercilia Cepeda.
Sentada en la sala de su espacio, platica cómo fue que se inició en la profesión que ejerce de tiempo completo desde hace casi diez años: las artes plásticas, en las cuales no busca representar objetos, ideas o historias, tampoco el concepto. La artista indaga, sobretodo, la forma de plasmar la emoción.
El comienzo
Después de los problemas, llegó algo mejor: Ercilia Cepeda experimentó el manejo de colores con aplicaciones de texturas que culminaron en composiciones en las que la capa pictórica es esgrafiada, lavada, desvanecida, enfatizada, cortada; en suma, agredida, no en busca del efecto fácil en cada uno de los trazos.
Ercilia se encontraba en tratamiento, porque había enfrentado la muerte de cerca y también una separación. En una ocasión le enseñó a su psiquiatra los bocetos de sus sueños, que hacía como una forma de ?sacar todo, para mí era como una operación de médula espinal, con la cual retiras ese cáncer cargado emocionalmente?.
Al ver los dibujos, la doctora se sorprendió y le dijo que no dejara de llevarlos al lienzo, ?me dijo que los quemara, que les hiciera lo que quisiera, pero que eso me iba a servir a mí como una especie de catarsis?.
Eso le dio la pauta para que se diera cuenta de que la pintura era lo suyo. La artista comenzó a crear y desde entonces -hace nueve años-, no ha dejado de hacerlo en forma profesional.
En aquel entonces vivía en la ciudad de Monterrey, en donde encontró buenas amistades que la guiaron y enseñaron. Comenzó a mandar obra fuera (a la Ciudad de México) y tuvo contacto con su actual curador Cuauhtémoc Contreras.
Al poco tiempo comenzó a exponer en diversas galerías de arte y de ahí los curadores se interesaron por su trabajo, debido a la fuerte carga emocional de los mismos y por la propuesta de sus texturas agresivas y dolorosas trabajadas en lienzo.
Durante esta etapa ?recuerda- trabajó en el arte de propuesta, manejado hacia el dolor y la muerte, debido a la difícil situación por la que pasaba. Pero después de que se liberó, aprovechó los elementos que tenía a su alcance. ?Fui tirando los sacos que traía, fui encarando a mis demonios, trabajé en base a otros lineamientos como la obra decorativa, el expresionismo, la abstracción, el neoimpresionismo, el minimalismo, el arte sacro, arte de dolor, arte de terror y el arte de deterioro?.
Etapa de propuesta
Ercilia dice que no le interesa pintar objetos o formas que ya están hechas o copiar un cuadro, por el contrario, considera que es más importante plasmar esa riqueza interior que da alivio y disminuye el dolor.
Añade que al hacerlo no siempre se obtiene algo bello, pero está conciente de que el arte no es sinónimo de belleza, sino que se trata de experimentar y proponer.
Su influencia está un tanto enmarcada dentro del arte contemporáneo, pero está conciente de que la mejor propuesta es aquella en la que se representa una gama de corrientes. ?Porque ya todo está hecho, lo importante es el toque distintivo que cada artista pueda imprimir en su obra y que logre plasmar lo que está en el inconciente?.
Así es como surge su propuesta, con un manejo del dolor de una forma sutil, valiéndose de símbolos, expresiones y un adecuado manejo de colores, los cuales poseen su propia psicología.
Ahora que Ercilia ha encontrado alivio y que regresó a casa desde hace cinco años, se encuentra en otra etapa en la que sí maneja como temática el dolor, pero más universal.
El proyecto
Por sus deseos de que en Torreón -su tierra natal- se conozca su obra y por ofrecer al público lagunero un espacio en el que se observe cómo se hace arte y se tenga acceso a información sobre las pinturas, Ercilia abrió las puertas de su galería -ubicada en el Paseo de la Rosita- en la que por el momento tiene montadas 30 obras, ?más las de bodega?.
En este espacio se encuentra desde arte de propuesta, hasta decorativo, ya que como dice una famosa frase: ?Debe existir un arte para exhibir y otro para vivir?.
En este lugar lleno de color y de vida se encuentra una creadora que busca que la gente se empape de arte y que sea en este tipo de lugares en donde se pueda recibir asesoría y se oriente en relación a las necesidades de cada persona, porque ?es importante que se tenga a la mano una obra y que a la vez también decore?.
En la galería de Ercilia Cepeda se tendrá un acercamiento con el tipo de producción que realiza y las diferentes formas con las que trabaja, y cómo la artista plasma una gama de emociones tanto en la pintura, en el ensamblaje y también en escultura.
Visceral
El dolor como sujeto estético y como catarsis es parte de la temática en la obra de la artista plástica Ercilia Cepeda Guerra, quien se considera una persona ?muy visceral?.
Las creaciones denotan la fuerza intimista que se desprende de las incursiones en busca de la verdad y las innumerables mentiras que la componen.
Asegura que sus creaciones no se muestran exentas de sátira y no dejan de ser una manera fascinante y templada de ejercer el arte, como vaso comunicante y de encuentro consigo misma y con el espectador en medio de la multitud de imágenes que la habitan.
A FONDO...
Ercilia Cepeda Guerra nació en Torreón, en 1959. Cursó sus estudios en artes plásticas en Carrara, Italia.
-De 1996 a la fecha ha formado parte de importantes talleres locales, nacionales y extranjeros, como en el del artista Óscar Jaramillo de Barcelona, España.
-Ha realizado diversas exposiciones individuales y parte de su obra se encuentra en acervos como: el Instituto Coahuilense de Cultura (Icocult) Laguna, la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, Casa del Lago de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Ágora de la Ciudad de Xalapa, en el Arts Center de Chicago, Illinois, así como en otras tantas colecciones privadas de México, Cuba y Estados Unidos.
FUENTE: Investigación de El Siglo de Torreón