El histórico triunfo de México sobre Argentina en el marco de la Copa América 2004 tiene varios enfoques, a saber:
El inmediato es la segura calificación de México a la siguiente ronda pues cuatro puntos parecen suficientes, toda vez que se cierra ante el débil cuadro de Ecuador y que este es un torneo básicamente descalificatorio, puesto que después de la primera ronda sólo quedan fuera el último lugar de cada grupo y el peor tercero, por lo que no parece haber mayor dificultad en el trámite.
El siguiente es que con esta victoria, el Tri empieza a hacer buenos los pronósticos que lo colocaron como favorito para ganar el evento; tras ver jugar a todos los participantes podemos concluir que el único equipo que viene con lo mejor que tiene es el cuadro azteca.
México se convierte en un claro ejemplo de que las distancias se han acortado en el futbol moderno y logra lo que nunca antes había hecho: vencer al orgulloso e indómito cuadro pampero en un torneo oficial.
Justo es reconocer que no fue fácil y que el equipo de verde tuvo fortuna en algunas jugadas complicadas; también es un hecho que México renunció a atacar y ahora fue el cuadro bajo, tan criticado ante Uruguay, quien sacó la tarea dejando imbatido su marco ante delanteros de capacidad probada como César "Chelito" Delgado, "Kili" González y Luciano Figueroa.
Ricardo La Volpe mandó a la cancha una alineación mucho más coherente que el embrollo utilizado ante Uruguay y aunque no se jugó en forma brillante, la personalidad del equipo permitió alzarse con la victoria.
Lógico era incluir a Gerardo Torrado, al "Cabrito" Arellano y a Ramoncito Morales de inicio y entender que el partido se jugaría básicamente en el medio del campo. Los cambios, en mi opinión, descompusieron al equipo y sólo la falta de contundencia de los albicelestes evitó que el juego se empatara.
La reflexión que me asalta luego del juego es, tras oír las declaraciones de los técnicos, que dos agujas no se pican.
Cuando tienes frente a frente a dos tipos tan soberbios, ególatras y pesados como Ricardo Antonio La Volpe y Marcelo Bielsa, sabes que cuando abran la boca dirán alguna estupidez, sobre todo si perdieron.
Escuchamos en la semana a un La Volpe majadero e irónico porque su equipo no funcionó; luego del triunfo se pone "sencillito" y da el crédito a sus jugadores.
Bielsa ponderó la capacidad de su escuadra luego de golear al Chalco, a no, perdón, era la selección de Ecuador y ahora, descalifica al rival que venció legítimamente diciendo que fue una casualidad y que Argentina no mereció perder.
Para mí, el futbol verdad es el que se hace en la cancha y el entrenador lo adereza sacando lo mejor de cada elemento.
Quererse poner en el papel del guapo de la película no le queda y menos a este par de "mamucos" argentinos.
De corazón estoy con la Selección y su proyecto pero de verdad, no sé usted, no soporto a La Volpe.
La trivia de hoy: ¿Cuántos partidos ha jugado hasta ahora Alex Aguinaga en Copa América?.