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Dos filosofías/Jaque Mate

Sergio Sarmiento

“Sólo el equilibrio aniquila la fuerza”.

Simone Weil

El pleito sobre el presupuesto de 2005 refleja una disputa de fondo, filosófica incluso, sobre el rumbo que debe tomar nuestro país. Que existan estas diferencias es no sólo inevitable sino quizá sano en una nación como la nuestra. El problema surge cuando al mismo tiempo el Ejecutivo impulsa un proyecto y el Legislativo otro.

Veamos el caso del Programa de Apoyo para el Fortalecimiento de las Entidades Federativas (PAFEF), el cual es distinto a las participaciones tradicionales a los Estados y Municipios que tienen un rubro aparte en el presupuesto y que tuvieron también un aumento muy sustancial de los diputados (7,910 millones de pesos). El PAFEF está todavía operando en 2004 con un presupuesto de 17 mil millones de pesos. En el proyecto de presupuesto para 2005 el Ejecutivo proponía eliminar este programa, debido a que los estados cobrarían un impuesto mercantil de tres por ciento que les daría una cantidad similar o incluso superior. La filosofía detrás de la propuesta es que los estados deben responsabilizarse de una parte de la recaudación fiscal a fin de tener un incentivo para mejorarla y subir sus propios ingresos.

El Congreso, sin embargo, no sólo eliminó la propuesta del impuesto de tres por ciento, sino que reestableció el PAFEF, pero con un monto muy superior al actual: 20,386 millones de pesos. Esto es peligroso porque, en la perversidad de los sistemas burocráticos, el monto de un programa un año se convierte en el piso para el año siguiente.

El mensaje de los diputados del PRI y del PRD es que los gobiernos de los estados no tienen porqué compartir la federación el costo político de recaudar, pero sí deben aprovechar los beneficios políticos de gastar el dinero recaudado. Después del PAFEF, el rubro de gasto que más aumentaron los diputados es el Programa Especial Concurrente para el Desarrollo Rural o PEC. Los diputados le añadieron 20,339 millones de pesos para rebasar los 146 mil millones de pesos. Éstos son subsidios a los productores del campo. No se trata de apoyos a las personas que viven en la miseria en las zonas rurales, los cuales reciben respaldo a través del programa Oportunidades y otros de apoyo social, sino de agricultores -muchos de ellos prósperos- que están afiliados a las organizaciones corporativas del PRI en el campo. El Gobierno Federal buscaba bajar estos apoyos con la idea de que los productores del campo deben volverse más competitivos.

El mensaje ideológico de los diputados es que los subsidios a los grupos cercanos al PRI son intocables. Esta misma discrepancia en filosofía se manifiesta en el aumento de casi 70 por ciento que los diputados le dieron al presupuesto de la Secretaría de la Reforma Agraria. Desde hace años los fondos presupuestarios para esta secretaría han venido disminuyendo. Ya que el reparto agrario está concluido, no tiene mucho sentido mantener una secretaría para administrarlo. Lo lógico sería, de hecho, eliminarla completamente. Pero el mensaje de los diputados al incrementar de forma tan notable su presupuesto es que la institución, que tiene también lazos tradicionales con los grupos corporativos del PRI, debe mantenerse, aun cuando ya no tenga una función que cumplir.

En el campo de la educación se nota también una diferencia de filosofía. Tanto las universidades como el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) han recibido fuertes aumentos de los diputados del PRI y del PRD en sus presupuestos para el año que viene. Pero México es un país cuya inversión educativa debería enfocarse con mayor intensidad a mejorar la calidad de la instrucción básica y media. En otros países, los estudiantes universitarios comparten el costo de su instrucción superior y así liberan recursos para la enseñanza básica y media. Pero en México la UNAM, una de las instituciones que con mayor intensidad cabildeó para recibir el aumento, cobra 20 centavos al año de colegiatura. El que haya diferencias de filosofía política entre los distintos poderes no debería asustar a nadie.

El problema es que no se puede gobernar un país si el Ejecutivo impulsa una filosofía y el Legislativo otra contrapuesta. Políticamente esto nos coloca en una situación similar a la de un conductor que pretende conducir un automóvil apretando a un mismo tiempo el acelerador y el freno.

Helicópteros

Me preocupaba menos la idea de que Luis Ernesto Derbez y Santiago Creel hubiesen llegado en helicópteros del Gobierno a la reunión de PAN del 20 de noviembre en Mazatepec, Morelos. Eso sería explicable en el caso de funcionarios con agendas muy saturadas y lo hacen los funcionarios en todo el mundo. Pero ellos dicen que los helicópteros se pagaron con fondos privados. Ahora es indispensable aclarar quién los pagó y a cambio de qué.

Correo electrónico:

sergiosarmiento@todito.com

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