06 de febrero de 2004.
Madrid, (Notimex).- El Gobierno español aseguró hoy que participó del "convencimiento internacional" de que el ahora depuesto presidente iraquí Saddam Hussein tenía armas de destrucción masiva, cuya existencia no negaron entonces ni tampoco ahora los inspectores de desarme o la CIA.
En conferencia de prensa, el ministro portavoz del Ejecutivo español, Eduardo Zaplana, fue preguntado hoy reiteradamente por la negativa del gabinete a abrir en España una investigación sobre el uso de los informes de los servicios secretos, como ha sucedido en el Reino Unido y Estados Unidos.
Zaplana expuso que en el debate sobre la existencia de armas en Irak su gobierno ha actuado con los mismos argumentos que a principios de 2003, cuando se decidió el apoyo a Estados Unidos y Reino Unido.
"Nos podemos haber equivocado, como se puede equivocar cualquiera, pero se ha actuado con gran coherencia y defendiendo los intereses de nuestro país y de la seguridad mundial", afirmó.
Agregó que en los primeros meses del año pasado se tenía "la convicción absoluta de la existencia de armas de destrucción masiva y hoy no existe una opinión contraria".
El funcionario precisó que en ningún momento el jefe de inspectores de Estados Unidos, David Kay, negó en su informe la existencia de las armas de destrucción masiva, aunque reconocía las dificultades para encontrarlas.
Pidió dar una lectura completa a los informes de Key y a las declaraciones de George Tenet, director de la CIA (Agencia Central de Inteligencia), para no sacar de contexto lo que ambos quieren decir sobre la existencia de armas en Irak.
El vocero oficial dijo que el debate del año pasado no era la existencia de las armas de destrucción, sobre lo que había convencimiento, sino en permitir o no más tiempo a las inspecciones de la Naciones Unidas.
Agregó que por el lado interno el gobierno no basó su decisión en informes de los servicios secretos, sino en las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, en los informes de los inspectores y el interés nacional.
"La convicción era total y absoluta. El gobierno, con esa convicción, que es de todos los gobiernos, y una amenaza evidente para la seguridad mundial, toma una decisión con la que intenta proteger la seguridad del mundo".