Por años y sexenios en el Estado de Durango el reestructurar deudas es uso y costumbre, cuando Ángel Sergio Guerrero Mier (1998) toma la estafeta que deja Silerio Esparza (1992) la deuda era de miles de millones de devaluados pesillos y todas las cuentas públicas fueron “perdonadas” por el palero Congreso local de ese tiempo, a 28 municipios nunca le fueron aprobadas las cuentas y nada pasó.
Ya para el año 2002 sólo cinco municipios pasaron examen en sus cuentas públicas, los otros 38 presentaban lagunas (mares) en sus arcas municipales y, en su anomia se recurrió a un préstamo por parte del gris gobernador de ese entonces: Ángel Sergio Guerrero Mier.
Ahora para no perder la costumbre el Gobierno que comanda Ismael Hernández Deras es, y como están las cosas en ese Estado, una tapadera más del pasado Gobierno Estatal y con una reestructuración de la deuda con más menos dos mil 800 millones de pesillos, esperando que llegue la lana que le fue otorgada en el presupuesto que ejercerá en el año 2005 tomado en cuenta que Durango fue de los Estados más agraciados en lo que a partida le corresponde en ese ejercicio del presupuesto, aún con los grandes rezagos que la tierra de los alacranes tiene.
Las cuentas no cuadran, ya con anterioridad (2003) la federación hizo una erogación de más de 400 millones para la construcción de la carretera Durango-Mazatlán y ahora se espera otros 500 millones que de hecho se gastarán en sepa la bola qué rubros.
Lo que sucede en este Estado no causa ningún asombro porque es costumbre que los gobernantes en turno desde el estatal hasta la mayoría de los municipios sus suplentes o los que siguen sean unas medias cucharas (que me perdonen los maistros albañiles), que sólo sirven para medio tapar el pozo lleno de corrupción que deja el que sale y así sucesivamente, un ejemplo es Lerdo donde fue más el ruido que las nueces cuando González Achem dejó temblando la administración (cero y van dos veces en el caso del “Güero”).
Los océanos de mentiras con respecto a las cuentas son las afrentas que el pueblo tiene que aguantar y en Durango el repudio se vio reflejado con uno de los más bajos índices en votación, sólo el 38 por ciento, es decir un abstencionismo del 68 por ciento y aún así Ismael Hernández Deras flamante gobernador salió más rápido que Billy the Kid en eso de disparar puestos y pagar muchos compromisos con secretarios y subsecretarias al por mayor, la burocracia en todo su esplendor y poco o nada le interesa el desorden que en ese Estado existe en Educación, servicios de Salud, vías de Comunicación en malas condiciones, una Seguridad Pública prepotente y no sólo con los GORI sino en todo el Estado; además es uno de los estados con mayor analfabetismo, (ocupa el lugar número 12), falta de Servicios en Drenaje, Electricidad y Agua Potable, así como en asentamientos irregulares que proliferan como la grama, entre otras.
Eso sí, sus gobernantes salen con grandes fortunas, el caso de Silerio Esparza, que de ser un simple líder campesino, ahora tiene un rancho que ya lo quisieran en el Estado de Texas los gringos.
Nada le pasará al inefable ex gobernador Guerrero Mier con las cuentas truncas de su pasada administración, Hernández Deras no tendrá ni el valor moral, mucho menos el atrevimiento de pedirle cuentas, porque a él tal vez en unos años más se le puede ofrecer al salir y “como me ves te verás o favor con favor se paga” del H. Congreso local, bueno, ellos sólo saben agachar la cabeza y cobrar como ha quedado demostrado en ese Estado.
Total el pueblo aguanta eso y más y, más allá de que sean sólo dos mil 680 millones de pesillos los desfalcados, robados o no comprobados, no hay delito qué perseguir (son faltas administrativas o peculado, lo que no amerita ni siquiera revisarlas, esto según la clase política) y aunque parezca inaudito en pleno siglo XXI, con la incipiente democracia, viviendo en un Estado de Derecho, nadie por encima del pueblo y todo ese rollo que se avientan los de la casta divina.
No me cabe la menor duda de que aún nuestros gobernantes piensen que el pueblo se traga esas miasmas y enjuagues, que día a día se presentan en el circo de tres pistas cuando de rendir cuentas y presentar obras se trata.
En Coahuila el gobernador Enrique Martínez y Martínez se ufana y lo pregona (hace propaganda de que pagó 314 millones de pesos con dinero de los coahuilenses) que su Estado es el único que no tiene deudas... Ya veremos si es cierto o el que viene como próximo gobernador es otro simple media cuchara y sólo medio tapa con mala mezcla los desfalcos del presente, esto para no perder la costumbre.
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