En Durango aún no se acaban de acomodar las aguas luego de la convención priista donde resultó electo Ismael Hernández Deras, candidato a gobernador por su institución política. Los ecos de aquella especial convención, donde por una pequeña diferencia el derrotado fue el gomezpalatino Carlos Herrera Araluce, mandamás político en La Laguna de Durango, aún parecen no haber concluido.
Y es que el resultado ha dado para muchas especulaciones: que Guerrero Mier, señalado como un priista tradicional –en todo el concepto que eso significa- calentó, para luego congelar a Herrera; que Ismael es hijo político, que Silerio, hombre poderoso en La Perla del Guadiana; grandes cantidades de dinero financiando a Hernández para emparejar el poderío económico del lagunero, etc.
El caso es que el resultado para muchos pareció sorpresivo, quizá no para los tradicionalistas de Durango, ex gobernadores todos: Mayagoitia, Ramírez Gamero y Maximiliano. En una foto publicada en El Siglo de Durango, las sonrisas de los tres lucían como de misión cumplida, más que de sorpresa.
Aun así, los derrotados, encabezados por el sector campesino, no han aceptado el revés y buscan anular el resultado, presionar para lograr que su abanderado reciba la candidatura, en fin, de todo menos reconocer la derrota. De hecho, esta semana pretendieron organizar una marcha en apoyo a Herrera Araluce lo que provocó un desplegado en la prensa firmado por el propio Carlos Herrera, en donde reconocía como candidato del PRI a Ismael, reiteraba sus compromisos hechos antes de conocer el resultado, de su lealtad hacia su partido y su rechazo a estas manifestaciones que sólo afectan a la unidad del priismo duranguense.
Este manifiesto sonó, como el propio firmante lo aseveraba en su texto, como una cuestión de hombría, al sostenerse en sus palabras pasara lo que pasara en la selección a la candidatura por la gubernatura; pero no deja de propiciar otras lecturas en las que Herrera deja claro que la astucia es una de sus características.
El empresario de Gómez, sabe que alguien le jugó chueco, es inadmisible no suponer que Herrera lo piensa, su comportamiento días anteriores a aquel domingo eran de total triunfo y aun con su peculiar ego, ha antepuesto la cabeza para llevar la fiesta en paz con los señores del poder de la capital de su estado. Pensar qué molesto sería que al Gobierno “le diera” por endurecer, hasta entorpecer con todas sus herramientas burocráticas el funcionamiento de sus empresas: no, no sería conveniente.
Un resultado pues al estilo Durango: extraño, sorpresivo, cerrado. No se animaron a hacerla abierta. Saben los de allá, que eso hubiera sido más complicado obtener su final. Un acto controlado. Contrario a lo que el priismo moderno de otros estados del norte del país han estado haciendo, convocando a todos sus simpatizantes a elegir a su “gallo”.
En fin, podría decir con certeza que Hernández será gobernador, porque la alternancia todavía no la desean los duranguenses (ver encuestas publicadas por El Siglo de Torreón), lo que es una realidad es que esta anécdota, deberá quedar atrás y la sociedad duranguense tendrá que impulsar en el futuro procesos políticos de mayor altura, para intentar salir del rezago que presenta respecto a sus estados vecinos, producto, en cierta medida, de su manera de hacer la política.