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Durango

Patricio de la Fuente

Segunda y última parte

“El poder conseguido por medios culpables nunca se ejercitó en buenos propósitos”.

Tácito

A partir del editorial de ayer han sido varias las personas que se han comunicado vía electrónica con este columnista, siendo la gran mayoría oriundos de distintas localidades del estado de Durango. Cada quien opina de forma distinta sobre los recientes acontecimientos políticos y –no es para sorprendernos- prácticamente todos tienen claro que en las próximas elecciones para elegir gobernador, sencillamente no acudirán a las urnas a ejercer el legítimo derecho al voto.

Aquí no somos apóstoles tratando de influir en la vida o libre albedrío del ciudadano como para afirmar que el abstencionismo es y seguirá siendo grave afrenta al ejercicio democrático. Si bien no comparto la tesis de que el castigo ejemplar hacia una administración deficiente que va de salida es mediante un claro desinterés por el futuro que ya apremia y encima se nos viene; también puedo entender que la ciudadanía se muestre renuente a participar después de haber constatado que dentro del PRI –como seguramente también sucedió o sucederá en otros organismos- las reglas para la elección de candidato a gobernador no fueron del todo apegadas a la normatividad o principios éticos que en teoría deberían regir a cualquier partido que busque gobernarnos.

¿Será que seguimos siendo demasiado idealistas como para concebir a la política dentro de su justa dimensión; la de justicia y moralidad? No, por supuesto que no. En esencia, aquellos que buscan gobernar a un pueblo, dentro de sus humanos errores y contradicciones deben ser, en la práctica como en la teoría, ésos legítimamente comprometidos con la justicia y el orden. Gobernar bien es escuchar, saber a cabalidad cuáles son aquellos puntos flacos y tratar de darles solución dentro de la medida de lo creíble. Utópicos seríamos si pretendiésemos que el Gobierno resuelva todo por sí solo pues dentro de nuestras obligaciones como sociedad moderna está la de participar, involucrarnos en los procesos, en todo lo que de una u otra manera nos afecta. Sin embargo, hay obligaciones que cualquier candidato debe llevar a la práctica cuando llegue al poder, y si algo me queda claro después de recibir los correos electrónicos es que Guerrero Mier es sinónimo de promesa incumplida para muchos duranguenses que decepcionados están de un gobernador bueno para la grilla y mediocre para la administración.

Pero también los lectores pretenden siga yo hablando del pretérito, de aquél donde los gallos visibles para convertirse en candidato eran Herrera e Ismael. Finalmente polémicos ambos, los duranguenses apostados en La Laguna conciben al primero como un individuo que no se anda por las ramas y busca darle solución a los problemas. Calificado de brusco, ciertamente controversial; los empresarios del estado ven viables los planes que Don Carlos tenía para lograr que la capital del estado se industrializara de la misma y exitosa manera que Gómez Palacio y piden que Hernández Deras recoja todas aquellas buenas –y hablando en plata, son muchas- propuestas hechas por los herreristas en torno a conseguir un estado donde la inversión pública y privada fuesen de la mano.

En conversaciones con empresarios destacados hay una constante muy marcada: a Don Ismael lo ven hecho bolas entre la modernidad y un discurso tradicional que no necesariamente ofrece certidumbre y está más bien apegado a la línea de siempre del PRI añejo que muchos buscan olvidar. Aunque Hernández Deras se ha querido publicitar como un hombre joven sin pasado; cualquiera en sus cinco sentidos sabe que en tiempos turbulentos la juventud no necesariamente es pasaporte al éxito garantizado y que a tales alturas del circo político nadie está exento de tener pasado y en opinión de muchos, IHD tiene uno que ha querido ocultar y tarde o temprano saldrá a relucir.

¿Y el proceso? Bueno, pues dicen los que estuvieron muy involucrados en el mismo que el gobernador Guerrero Mier se “enfermó” durante los días clave pero todo el tiempo estuvo moviendo los hilos pues “nuestro gobernador entra en estado de éxtasis si se trata de la grilla pura”. Circula el rumor de que Ramírez Gamero y Silerio Esparza estaban temerosos de que tanto a ellos como a Guerrero Mier, de ganar, Carlos Herrera los llamara a rendir cuentas y por ello, ni prestos ni perezosos, se apresuraron a ofrecer sus ya muy conocidos dotes de alquimistas electorales para impedirle el paso al lagunero. ¿Será?

Lo cierto es que todo el teatrito que montaron no estuvo exento de irregularidades y a la larga los que salen perdiendo, para variar y no perder la costumbre, son los ciudadanos. La grilla sigue en su apogeo, también un corrillo que ya muchos hacen propio: Rosas Aispuro es gente de Silerio, le entró al fabuloso montaje teatral persiguiendo objetivos poco claros. También se dice que los convenios pactados entre los otrora candidatos Ismael Hernández Deras y Carlos Herrera no han sido respetados. No es para tomarse a la ligera viniendo el ejemplo, la clara consigna, desde mero arriba.

¿Qué haría México sin esa “gloria nacional” llamada Roberto Madrazo Pintado?

Correo electrónico:

pato1919@hotmail.com

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