El Centro Empresarial de La Laguna, (Coparmex), conminó al Gobierno del Estado a hacer lo correcto y no “lo políticamente correcto” en cuanto al Distribuidor Vial Revolución y demandó que no se toque, ni modifique en nada el DVR, hasta que se conozca públicamente la información real con respecto al proyecto original y características de la construcción, a fin de demandarle tanto a la empresa que construyó, como a la que proyectó y a la supervisora externa, que sean ellos los que arreglen, lo que tengan que arreglar.
De lo contrario, aseveró, se perderá la garantía como “cuando compraste un motor y lo abres para arreglarlo, pierde la garantía” y con otro ejemplo sencillo dice: a esta importante obra, “se le hará una cirugía o una autopsia, sin conocer las causas de la enfermedad y de la muerte y todavía peor, sin que haya una segunda opinión”.
El representante empresarial, se manifestó en contra de que se haga la Tercería al DVR, mientras no se conozca de manera fidedigna y procesada, la información de la forma como se realizó el proyecto y eso corresponde al secretario de Obras Públicas, Jorge Viesca, darlo a conocer, al brindar la información que por escrito se le solicitó el pasado miércoles en la reunión que tuvo con el sector empresarial de la Región Lagunera.
Coparmex Laguna le pidió al titular de la dependencia del Estado copia de la bitácora de la obra del DVR, así como copias del proyecto original, contratos y asignaciones de obra, entre otros datos de nivel técnico y administrativo.
No hay duda que el DVR es una obra sólida, digna de Torreón, con tecnología de punta y las pruebas realizadas así lo confirman, pero ése no es el asunto, desde su punto de vista los cuestionamientos no son a la estética ni a la resistencia sino dirigidos claramente a la funcionalidad.
“Yo no voy por lo que se inclinan las mayorías”, dice Arturo Gallegos Salcido y si otros organismos empresariales demandan la Tercería, es muy respetable, sin embargo, sería bueno que piensen si cuentan hasta ahora con información suficiente para hacer juicios de valor en el sentido de que se necesita que otros “metan mano” al DVR cuando la responsabilidad de quienes hicieron la obra es clara porque no se sabe “qué tanto se hizo y qué tanto se dejó de hacer”.
No hay prisas, destaca, “no hay por qué precipitarse en subirle al DVR los peraltes mediante el reforzamiento de las columnas”, primero el uno y luego el dos, que brinden la información solicitada y en ese lapso se podrá conocer la postura de las empresas contratadas.
