Luis Maeda Villalobos
La voz del silencio
La voz del silencio es de la conciencia que no se oye pero advierte la presencia de un suceso cierto que beneficia o perjudica como voz interior que hay que atender. El conocimiento se adquiere con la observación, con la experiencia, como un aprendizaje con la repetición de actos que conducen a la supervivencia. La utilidad de esa enseñanza natural, permite ser analíticos y críticos a la vez, que en el despertar de la conciencia obliga a tomar decisiones en beneficio de todos. Sea el caso de mencionar que en la región de La Laguna existen anomalías que en el medio ambiente afectan a los recursos naturales y ello incide en el bienestar y salud de las comunidades humanas. Desde hace años a través de estas líneas hemos de recordar el problema del hidroarsenicismo, es decir de la presencia en el agua del metaloide llamado arsénico que es tóxico y acumulativo en los organismos vivos incluso el hombre mismo que provoca enfermedades y cáncer, fenómeno que se presenta en los municipios del norte y se difunde progresivamente como una amenaza incontenible a medida que se abaten los niveles de agua en el subsuelo, acuífero conocido como principal del cual sobreviven los pobladores de la zona metropolitana de La Laguna. Además de una deforestación general comenzando en la cuenca alta del río Nazas que afecta al régimen de lluvias, la presencia de un largo período de sequía que se repite cíclicamente, se tiene que soportar la grave contaminación atmosférica sin control alguno, y las aguas usadas tanto domésticas como industriales sin tratamiento alguno son vertidas en el lecho seco del río Nazas a nivel del ejido Las Huertas en Gómez Palacio, Dgo., con el riesgo de contaminar tarde o temprano las reservas subterráneas. Crece el desierto, las tierras salinizadas son abandonadas mientras las manchas urbanas crecen desmesuradamente por el desequilibrio en el crecimiento demográfico. La basura que contiene los desechos sólidos más los peligrosos es depositada en rellenos “sanitarios” que no llenan los requisitos de la ley de Ecología y protección al ambiente, cosa que afecta a los tres niveles de la naturaleza, agua, suelos y aire. Ante esta situación se ha tenido que soportar a los protagónicos gastronómicos, y a las malas políticas de las autoridades que no escuchan la voz de la conciencia y su silencio habla más que mil palabras cuando saben que en las anomalías somos colaboradores del mal mundial del efecto de invernadero con un aumento del calor en forma global que afecta a los climas, a los ciclos hidrológicos, al calentamiento de los océanos, el fenómeno del Niño, ciclones, lluvias tormentosas, sequías, etc., y en el fondo los conflictos sociales y la prevalencia en el hombre de la voz del silencio.