Los canales con basura, espectáculo deprimente
Luis Maeda Villalobos
Cuando un visitante llega a la región -sea nacional o del extranjero- observa un espectáculo deprimente, por las casas de cartón encima de los montones de escombro, papeles, plástico y residuos de mármol. A esto se agrega que los tajos o canales están llenos de basura y aguas residuales, que los vecinos vierten y el cuadro se completa con los cerros blancos y pelones y los terregales que son cotidianos.
Con la excepción de los eventos del ecosistema, los demás factores mencionados en el panorama, son producto de la ignorancia por falta de una buena educación sobre el significado de la higiene, de la conservación del hábitat en el bienestar y la salud familiar y colectiva.
Se ignora, por ejemplo, que la basura arrojada en los canales, cuando la corriente de agua la arrastra, llega hasta los campos de cultivo y afecta no solamente a los suelos y las plantas, sino que los contenidos químicos se infiltran al subsuelo con el riesgo de contaminar las aguas subterráneas. Algunos de los papeles impresos contienen plomo, las bolsas pueden llevar restos de plaguicidas y otras más, detergentes, que en resumen son elementos tóxicos que el humano vuelve a tomar en las hortalizas, verduras y frutas, mientras los animales los ingieren y se acumulan en la carne y el huevo. Como se ve, repercute en la salud y la calidad de vida de los habitantes regionales. La depredación de plantas y árboles ha dejado algunos campos y sierras pelonas, es decir, sin vida vegetal, que mucho influye en el régimen de lluvias y se presentan los períodos largos de sequía que hemos sufrido los laguneros.
Todo es cuestión de saber que en la Naturaleza, nada está de más ni de menos y el conocimiento de las cosas, se aprende por la instrucción y la educación que principia desde el seno familiar, que por lo que se ve, las autoridades adolecen del mismo mal, puesto que no ha sido posible concienciar a la gente del daño que está haciendo, al arrojar los desechos sólidos (basura) en los canales de distribución del agua de las presas a los campos rurales.
Es oportuno que Salubridad tome también cartas en el asunto, por la circunstancia de que los tajos se han convertido en focos insalubres y en un medio de cultivo de moscas y mosquitos, que pueden transmitir el dengue y otras virosis.
