El medio ambiente urbano
Históricamente y aún más allá, los hombres han tenido la tendencia de reunirse en grupos para protegerse. En esa forma los primeros asentamientos humanos fueron cerca del agua, para poder sobrevivir. Así lo demuestra el hombre de Cromagnon, con una antigüedad de 35 mil años, del cual es representante, el hombre actual. Las condiciones del medio ambiente fueron favorables para su desenvolvimiento y gracias a ello, lograron un avance cultural importante con la domesticación de animales silvestres de los que descienden la cabra, las vacas, los caballos y los perros entre otros e iniciaron a su vez una primitiva agricultura, con la siembra de granos domesticados. Dispersada la familia humana desde el centro de África, las corrientes llegaron al Medio Oriente, Europa y Asia, cuyos primeros asentamientos con el tiempo, se convirtieron poco a poco en centros urbanos, con modelos de vida adecuados a los ecosistemas. Sin embargo, a causa de que la presión a los recursos naturales era baja y la mejoría en la calidad de vida, el potencial biótico de reproducción crece, con lo que aumenta la población y a la vez la presión ambiental y el humano inicia su vida depredadora de su entorno. Así mismo, las leyes de la evolución se aplican indefectivamente, en tal forma, que la adaptación al medio dinámico es obligada y la selección natural permite que sólo sobrevivan los mejor dotados a las nuevas condiciones con enfermedades y hambre que se fueron presentando, como instrumentos de regulación natural.
Formadas así las primeras poblaciones, se van desarrollando paulatinamente con la inmigración de la gente del campo, quien ocasiona serios problemas en la armonía del sector urbano, por su instalación en las áreas periféricas, sin servicios públicos, habitaciones precarias y sin higiene. De esa manera, en la época moderna se aprecia que cualquier presupuesto municipal será desbordado fácilmente, con índices de carencias progresivas, lo que culmina con trastornos sociales, inseguridad, robos, vandalismo, la acumulación de desechos de todo tipo, entre otras cosas.
Como puede verse, el crecimiento y desarrollo de las poblaciones, sean del primer mundo o tercermundistas, adolecen del mismo mal por el encarecimiento de los servicios básicos de saneamiento, transporte, vivienda, alimentos; por el aumento de la contaminación y del ruido, mayor exigencia de energía y agua, falta de áreas verdes y deportivas, escuelas y la degradación moral, entre otras cosas, además del crecimiento industrial y comercial, que requieren la ampliación de la mancha urbana que va invadiendo los campos de cultivo aledaños.
La zonificación de la urbe es obligada, en áreas residenciales, comerciales, cines y espectáculos, estaciones de combustibles, aeropuertos y las colonias precaristas. Se requiere entonces, un programa de desarrollo urbano, técnico-científico y en armonía con el medio ambiente.
