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Ecología regional / Un ejemplo a emular

Luis Maeda Villalobos

Es bien conocido que los ríos Nazas y Aguanaval constituyen la cuenca más importante de la región y conforman el Distrito de riego 0.17. El agua de gravedad de estas escorrentías representan una de las fuentes de agua para el desarrollo y la supervivencia de los laguneros de Coahuila y Durango. El control de las aguas del río Nazas se lleva a cabo por medio de dos presas, la Lázaro Cárdenas o El Palmito en la cuenca alta, que tiene carácter de almacenadora y la Francisco Zarco en la cuenca intermedia con la función de reguladora. Gracias a ellas, se ha evitado las inundaciones en la playa baja y establecido los ciclos agrícolas anuales, con excepción de los períodos de sequía. Además favorecen la recarga de los acuíferos.

Por parte del río Aguanaval, a pesar de sus avenidas esporádicas y brutales, no existe a la fecha, ninguna presa reguladora que permita controlar las aguas broncas y salvajes, que en cada evento se presentan, provocando inundaciones en la parte baja del cuadro de Matamoros, volumen importante que se desperdicia. Por la falta de las presas rompepicos y la regulación de las aguas, tampoco existe la posibilidad de recargar los mantos subterráneos de La Laguna, obras como la del Tigre, en el municipio de San Juan de Guadalupe, y de La Cabeza en los límites de los estados de Coahuila y Durango, que son necesarias y benefician a los campesinos ribereños de ambos estados.

Lo interesante del asunto, es la importancia que tiene la conservación de los ríos, ejemplo que nos pone un grupo de mujeres en el pueblo El Palmito, que encabeza Águeda Núñez Lucero, que sin ninguna otra meta, trata de conservar el medio ambiente de la presa y el ecosistema del río Nazas. Se han dedicado a recoger la basura que dejan los paseantes y limpiar así, los lugares propicios para los vacacionistas que disfrutarán de bellos paisajes en lugares estratégicos, sin peligro alguno, sobre todo en la Semana Santa. El grupo de mujeres ambientalistas, de verdad saben la importancia que tiene el agua para la vida, y a pesar del agotamiento de peces por los largos períodos de estiaje y sequías, que es su forma de vivir, el amor a la tierra es tan fuerte, que su arraigo las mantiene firmes en el lugar.

Por lo visto, el grupo de El Palmito es un buen ejemplo, no sólo regionalmente, sino en el marco nacional y es vergonzoso que aquí en La Laguna no exista algún grupo consciente en proteger el río que nos da la vida, encontrándose los canales llenos de basura y ni quién se inmute.

La maestra Águeda Núñez al respecto ha expresado ?Esta presa del Palmito es fuente de vida y progreso para muchos pueblos, pero si tú la contaminas y arrojas basura a los ríos, se convertirá en una fuente de muerte y pobreza?. Su lucha no termina y es saludable recordar ante este ejemplo, que los ríos, lagos y lagunas del país se encuentran contaminados y se requiere para salvarlos de la educación y emular a estas mujeres, y ofrecerles el apoyo de todos.

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