para quienes no tuvimos en nuestra infancia la oportunidad de recibir el apoyo que significa asistir al Jardín de Niños, antes del ingreso a la primaria, hoy vemos como un notable avance en el país que el Congreso de la Unión haya modificado el Artículo Tercero constitucional, para hacer obligatoria la educación preescolar de tres años, en beneficio a la niñez mexicana.
Está fuera de toda duda la importancia de ese nivel educativo, en virtud de que se ha comprobado que los resultados de los procesos enseñanza-aprendizaje en la escuela primaria, son más sólidos en aquellos niños que cursaron preescolar, pero especialmente cuando la atención se proporciona con el personal debidamente preparado para ello y con la plena conciencia de que los niños en edad preescolar (tres a seis años), requieren apoyo verdaderamente profesional para ayudarles en sus procesos de maduración-socialización y preparar las condiciones para que adquieran con éxito aprendizajes futuros.
Hago referencia a lo anterior, como preámbulo para comentar la participación de México en el encuentro de países más poblados del mundo, agrupados en lo que se conoce como Grupo E-9. La reunión tuvo lugar recientemente en El Cairo y participaron además de nuestro país, Bangladesh, Brasil, China, Egipto, India, Indonesia, Nigeria y Pakistán, esto es, los nueve países que representan en conjunto más del 50 por ciento de la población muandial y que tienen el 53 por ciento de estudiantes del planeta.
Es destacable lo ocurrido en ese encuentro, dado que el asunto central fue el análisis de la educación inicial y preescolar. Me voy a concretar a esta última, por las polémicas intervenciones que tuvieron los miembros de la delegación mexicana en torno al tema. Mientras el Secretario de Educación Pública de México presentaba la obligatoriedad de preescolar como un logro de la administración que representa, sus asesores, por boca de la coordinadora Dulce María Nieto de Pascual, trasladaron a El Cairo, las críticas que han formulado acá a la reforma hecha por los diputados al Artículo Tercero de la Constitución, misma que declaró obligatorios los estudios de preescolar.
A pesar de que el ministro Reyes Tamez Guerra presumió que México y la India son los únicos países del grupo E-9 que han establecido esa obligatoriedad en sus legislaciones, la señora Nieto de Pascual insistió en que “no hay suficientes recursos económicos ni humanos para incorporar a las aulas a casi un millón 700 mil niños de tres años de edad, que están fuera de la escuela”. Para mayor precisión señala la asesora educativa que las escuelas de preescolar “son muy caras y la inversión no se justifica”.
Es lamentable que la SEP tenga asesores que se sientan con derecho a hablar de los recursos para educación como si fueran patrimonio propio y que descalifiquen la importancia de invertir en un nivel educativo tan valioso como es el de preescolar. No creo que desconozca la asesora Dulce María Nieto que también se modificó el artículo 25 de la Ley General de Educación, para garantizar en México la aplicación del ocho por ciento del Producto Interno Bruto al sector educativo, tal como lo recomienda la Unesco, a sus países miembros. De esa decisión de los legisladores habrán de salir los recursos para atender la educación preescolar obligatoria de tres años.
No comparto la postura de los funcionarios de la SEP a nivel central, en cuanto a que la opción no escolarizada sea la mejor para cumplir con la obligatoriedad de preescolar, pues el porcentaje de población atendida de cinco años es de 81.4; de cuatro años el 63.2 y de tres años apenas el 20.6 por ciento; es decir, sólo se cubre el 55 por ciento de niños en edad preescolar en el Sistema Escolarizado.
En cambio sí estoy de acuerdo con la posición de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, al calificar de “irresponsable” la actitud de los funcionarios del Gobierno Federal que plantean la posibilidad de no cumplir con la obligatoriedad del primer grado de instrucción preescolar, argumentando que no se cuenta con la infraestructura necesaria. ¿Para qué, entonces la reforma constitucional? ¿Será letra muerta para la administración foxista? ¿Tendremos un engaño más hacia la población y otro compromiso no cumplido?
Por último, debo señalar que en el tema de los recursos, el encuentro de El Cairo, también ofreció alternativas. El ministro de Educación de Brasil, Cristovan Buarque, propuso canjear el pago de la deuda externa por recursos para educación bajo el razonamiento de que, sin desconocer la deuda con los bancos hay que atender también la deuda con los niños que están fuera de las aulas y señalando que el costo de incorporar 22 millones de niños de América Latina a la escuela, apenas representaría el tres por ciento del servicio de la deuda que asciende a 128 mil millones de dólares.
En este punto, pese a que la propuesta brasileña fue considerada interesante y viable en el marco de la reunión, nuestro secretario Tamez Guerra mostró una postura ambigua, haciendo evidente el temor a molestar a los acreedores de México y a “perder líneas de crédito”. Afortunadamente el resto de países aprobaron la propuesta brasileña que se incluyó en la Declaración de El Cairo, la cual enfatiza la demanda hacia los organismos internacionales para que se den pasos concertados en el sentido de otorgar mayores financiamientos a las naciones en desarrollo, para asegurar educación de calidad a su niñez. Ojalá que ahora sí las autoridades educativas mexicanas volteen hacia el nivel preescolar y cumplan con su obligatoriedad, aunque sólo sea por atender lo que es ya un mandato constitucional.