Durango

Educación, remedio contra la violencia

Comportamiento agresivo se aprende en el seno familiar, por lo que es necesario orientar a los hijos.

Citlalli Zoé Sánchez |

El Siglo de Durango

La educación es la mejor herramienta para combatir la violencia en la familia, pues este comportamiento es aprendido, estableció ayer Victoria Adato Green, coordinadora del Programa sobre Asuntos de la Mujer, la Niñez y la Familia de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), quien además dijo que aún falta mayor cultura de denuncia por parte de las mujeres.

Antes de dictar la conferencia denominada “Violencia en contra de la mujer” en el Teatro Ricardo Castro, Adato Green platicó brevemente con los medios de comunicación locales y declaró que la violencia en la familia es generada a raíz de los patrones culturales.

“En el interior de la familia se presenta la violencia porque uno de los dos miembros, ya sea el hombre o la mujer, proviene de una familia violenta, es aprendida, no es un fenómeno que se da por casualidad”, dijo.

Asimismo, comentó que la principal herramienta para combatir esta situación es la educación y que la violencia es un problema de salud pública. “Primero hay que reconocer que se tiene el problema, advertir los impactos negativos que tiene en la estructura de una personalidad sana, productiva, exitosa, optimista y vía la educación exhibir qué es la violencia y señalar cómo se puede cancelar y establecer programas educativos”, expuso.

“La violencia se aprende y no sólo se da en las familias de escasos recursos, también se da en las de clases media y la clase alta. No es un fenómeno exclusivo de la pobreza”, resaltó.

Al cuestionarle sobre la gravedad de la violencia familiar en contra de la mujer, expresó: “en México es un problema muy grave porque pertenece a lo privado y no sale a la luz en su totalidad”.

Al preguntarle acerca de la cultura de la demanda por parte de la mujer agredida, la ex Procuradora de Justicia del Distrito Federal explicó que es muy difícil. “Justamente al hablar de patrones culturales, hablamos de la discreción que han enseñado por siglos a la mujer, que lo que pasa al interior de su hogar es algo privado, que no debe trascender a lo público y mucho menos a una denuncia”.

Estableció que en la actualidad se tiene una creencia falsa relacionada con las protestas públicas para exigir los derechos de las mujeres. “No con ir a gritar se va a resolver el problema, eso no es la manera; es una forma violenta de reclamar los derechos. Nosotros nos ocupamos de la realización de eventos como éste (la conferencia), en dónde se va a escuchar cuál es el problema, la manera de reconocerlo y resolverlo. Eso es mas eficiente que marchar por las calles y gritar”, abundó.

Ya durante su ponencia, ante la concurrencia indicó que el concepto de violencia se remite al “poder mediante el uso de la fuerza”. Subrayó que el agresor debe ser separado de la familia y que es la mujer quien pasa el mayor tiempo con los hijos, por lo cual tienen cierta responsabilidad de inculcar en los menores ideologías erróneas, tales como el machismo.

Explicó que la violencia psicológica es una de las más dañinas, pues se aniquila la autoestima de la mujer y ocasiona un deterioro en la estructura de la personalidad. “Es más desgastante que los golpes”, agregó.

También resaltó que existe la violencia natural por usos y costumbres; otra forma de violencia es la discriminación, sobre todo en el campo laboral.

LUCHA

Prevalece el maltrato

Silvia Casas Nevárez, titular del Instituto de la Mujer Duranguense, informó ayer que si bien en Durango no existen movimientos tales como marchas en pro del sexo femenino, dijo que se tiene el conocimiento de 15 organizaciones que luchan para garantizar los derechos de las jóvenes, amas de casa, entre otras.

“Hay muchos grupos que están organizados y eso es alentador. Hay varias mujeres que están organizadas para defender , apoyar a mujeres víctimas de violencia. Tal vez no sea de nuestra cultura el hecho de hacer marchas, pero sí hemos visto la unión”, expresó.

Casas Nevárez expuso que se tiene una buena cobertura por parte de estas organizaciones de ayuda, las cuales brindan auxilio a sus contemporáneas. Por último, dijo que la mujer indígena es un grupo vulnerable por la marginación en la que viven y que, en su caso, mantienen una estrecha relación con la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas.

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