“La historia es un interrogar al pasado para
saber qué pasa en el
presente”. Alfonso Reyes
Todo por servir se acaba. Y los años no pueden ser la excepción. El 2004 se nos fue de las manos como suelen irse los años a últimas fechas: con demasiada rapidez y sin muchas alegrías.
Podemos estar agradecidos de que, en lo económico cuando menos, el año no fue tan negativo para los mexicanos. Después de tres años de estancamiento, en el 2004 tuvimos lo que ahora parece una rareza: un año de crecimiento.
La expansión fue incluso superior a la que esperaba originalmente la Secretaría de Hacienda. En los criterios de política económica para 2004 se pronosticó un crecimiento del tres por ciento. Esta es la primera vez desde 2000 que la economía crece más de lo originalmente previsto por el Gobierno.
Pero incluso en esta buena noticia hay un desencanto. Una economía con el potencial de la mexicana debería crecer más que un cuatro por ciento. Sin embargo, nuestros legisladores, al negarse a hacer las Reformas Estructurales que aumentarían la competitividad del país, se han encargado de recortarle uno o dos puntos porcentuales al año a nuestras posibilidades de expansión.
Al hacer el recuento de 2004 es difícil dejar de pensar en él como el año de los videos. Tuvimos el de Jorge Emilio González y el de Gustavo Ponce. El Óscar, sin embargo, se lo llevó el de René Bejarano. Esas imágenes en las que llenaba de fajos de dólares el maletín y cuando no le cabían se retacaba los bolsillos, servirán para recordarnos por siempre la deshonestidad de nuestra clase política.
Pero además de deshonestidad hay hipocresía. Todavía esta semana la diputada Dolores Padierna del PRD atribuía el proceso en contra de su esposo, Bejarano, a unas supuestas órdenes dictadas por el presidente Fox a los jueces. Me imagino que también el presidente le ordenó a Bejarano recibir los dólares de Carlos Ahumada.
Tuvimos también el video del linchamiento. Así como Bejarano no fue el primer político en la historia del país en recibir un maletín lleno de dinero, el de San Juan Ixtayocan no fue tampoco el primer linchamiento en la historia nacional. De hecho, se han registrado decenas en los últimos años. La diferencia es que los hechos quedaron grabados en video y se transmitieron en televisión nacional. Y solamente eso obligó a las autoridades a actuar.
También el presidente Fox se sirvió de los videos. En dos ocasiones lanzó discursos por cadena nacional con el propósito de atacar a los diputados que se habían atrevido a modificar el presupuesto enviado por él. Cuando los diputados pidieron que se les diera un tiempo similar para responder, la Secretaría de Gobernación se los negó. Con ello aseguró que el pleito se volviera personal y se nulificara cualquier posibilidad futura de lograr las reformas para mejorar la competitividad de nuestro país.
El año termina con una controversia constitucional en torno al derecho del presidente a hacer observaciones al presupuesto. Es positivo que la Suprema Corte de Justicia haya aceptado el reto y esté dispuesta a aclarar, de una vez por todas, este tema tan controvertido. Pero ya queda claro que a los ministros no se les permitirá juzgar el caso sin presiones malsanas. Manlio Fabio Beltrones, diputado del PRI y presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, ha amenazado ya con hacer un juicio político a dos ministros de la Corte por haber aceptado la controversia constitucional. El mensaje es: o te pliegas a lo que te ordeno, o vete buscando otro trabajo.
Ésta es tristemente la actitud que prevaleció en nuestro mundo político en este 2004. La frase que más puede definirnos lo ocurrido este año fue la que pronunció el coordinador de los diputados del PRD, Pablo Gómez, cuando desde la tribuna afirmó que las opciones del presidente frente al presupuesto de la Cámara eran “obedecer u obedecer”. Los políticos que siempre se preciaron de luchar contra el autoritarismo hoy buscan reimplantarlo.
Afortunadamente ni la economía ni los mercados les han prestado demasiada atención a los políticos en este año. No sólo creció la economía cuatro por ciento, sino que muchas empresas mexicanas tuvieron buenos resultados porque ellas sí hicieron sus Reformas Estructurales en los años de vacas flacas. La Bolsa, en consecuencia, subió cerca de 45 por ciento.
Sin embargo, quienes tienen un horizonte que no se agota en 2006, y que piensan en la próxima generación, saben que en 2004 México perdió nuevamente la oportunidad de empezar a construir una verdadera prosperidad.
Tragedias
Dos grandes tragedias marcaron al mundo en 2004. Los maremotos de Asia son ya uno de los grandes desastres naturales de la historia. Los atentados del 11 de marzo en Madrid, España, nos recordaron la fragilidad de todos en estos tiempos de choque de civilizaciones.
Correo electrónico: sergiosarmiento@todito.com