La supervivencia sin agua más allá de siete días no es posible.
El agua es fundamental para una salud vigorosa. El agua debe ser clasificada como un alimento. Es esencial para la vida.
Después de todo, la historia, así como el presente, nos documenta casos de hombres y mujeres que han vivido de 40 a 100 días sin alimentos; sin embargo, la supervivencia sin agua más allá de siete días no es posible.
El agua es crucial si queremos que nuestro cuerpo se mantenga en forma y funcionando. El cambio de material que produce nuestra energía depende de la presencia de agua en los tejidos. Ninguna acción de la vida es posible sin el agua. El agua es vital para la nutrición del cuerpo. También es necesaria para la digestión y actúa como un solvente de tal forma que los alimentos digeridos puedan ser absorbidos.
El agua compone poco más del 70% del cuerpo humano. De tal forma, que debemos tomar lo suficiente de este valioso elemento para reemplazar lo que perdemos y para proporcionar lo que necesitemos. pero, claro está, y demás decirlo, es necesario que el agua sea pura, y no que venga en forma de refrescos.
Nuestro organismo pierde agua diariamente de varias formas, siempre obedeciendo a distintas funciones:
Mediante la eliminación de orina (1 400 mililitros)
A través de la piel cuando sudamos (400 mililitros).
Cuando respiramos y hablamos (350 mililitros).
Al expulsar materia fecal (120 mililitros)
Estas cifras pueden cambiar de acuerdo con cada individuo, con las actividades que desempeñe y el clima del lugar en que se localice, lo cierto es que requerimos aproximadamente 6 u 8 vasos de agua al día (2 litros) para reemplazar la pérdida del líquido; no es necesario beber una cantidad mayor, pues también se obtiene de los alimentos que ingerimos, como sopa, fruta, leche y carne.
¿Suficiente?
Podemos saber si tomamos suficiente agua observando nuestra orina, ya que si se excreta una gran cantidad y es de color claro, entonces podemos decir que se ingiere suficiente agua; en cambio, cuando se expulsa pequeña cantidad, oscura o con olor muy intenso, la cantidad que se bebe del líquido es inadecuada.
Una primera señal de falta de agua es carácter irritable o cambios de temperamento; esto debido a que las cerca de 40 mil millones de células cerebrales están formadas por 70 % del vital líquido, y al comenzar a faltar se pierde la capacidad de pensar clara y funcionalmente; en ocasiones, depresión e irritabilidad pueden deberse a tal causa.
