Las esencias de la orquídea podrían contribuir al rejuvenecimiento humano, según expertos.
La Habana, (EFE).- Esencias de flores, manantiales de aguas termales, fangos, algas y propóleos cubren con sus propiedades terapéuticas y curativas un amplio espectro de los tratamientos de la medicina natural en Cuba.
La depresión, la angustia, el miedo, la inseguridad, el asma bronquial, la neurosis, las alteraciones de las vías digestivas y los desequilibrios emocionales son algunos de los males para los que ofrece un alivio la terapia floral, aplicada por los servicios de salud pública de la isla.
El tratamiento con las esencias florales sigue el mismo principio desarrollado por el homeópata británico Edward Bach, partiendo de la filosofía de que en el organismo humano hay un equilibrio energético, roto en ocasiones a causa de una alteración emocional sostenida o aguda.
Las flores del mango, el azahar, la rosa blanca, la buganvilla, marilope, la escoba amarga, la yagruma y la guayaba integran el grupo de flores que en Cuba se usan como alternativa a la medicina tradicional desde finales de la pasada década.
Con la flor del árbol de la majagua se elabora un jarabe recomendado como expectorante y antiasmático, mientras que las esencias de la orquídea podrían contribuir al rejuvenecimiento humano, según expertos cubanos.
Ocho años demoraron las investigaciones de especialistas de la isla para comprobar los efectos positivos y la no toxicidad de los preparados con flor de majagua, bautizados como Imefasma y Flormaj, expusieron científicos durante el IV Congreso Iberoamericano de las ciencias Farmacéuticas y Alimentarias, recién concluido en Cuba.
Los flavonoides, pigmentos naturales que limitan los radicales libres (elementos oxidantes), también reducen el riesgo de cáncer y enfermedades cardíacas, y están presentes en el propóleo, una sustancia resinosa de árboles con propiedades antisépticas, antipútridas y antigerminativas y que las abejas extraen para taponar su colmena e impedir que se formen infecciones.
En Cuba, el propóleo es empleado para el tratamiento de heridas, úlceras y parásitos como las giardias.
También se experimentan las cualidades de variedades de orquídeas propias de la isla, donde se cultivan unas 300 especies que abundan en la localidad de Soroa, situada a unos 76 kilómetros de La Habana, en la provincia occidental de Pinar del Río.
Las aguas sulfurosas, sulfatadas y de alta mineralización de los manantiales mineromedicinales también se emplean en pacientes que padecen de artritis, artrosis, psoriasis y trastornos digestivos, entre otros males.
Muchas personas acuden en busca de alivio a esos padecimientos al balneario de San Diego, también ubicado en la geografía de Pinar del Río, y famoso por las propiedades medicinales de las cálidas aguas de sus manantiales combinadas con la fangoterapia, que usa los lodos extraídos de la desembocadura del torrente.
Los fangos mineromedicinales, las arcillas y las algas también son materia prima para la elaboración de cremas dermocosméticas y jabones de tocador, productos ecológicos dirigidos al tratamiento de la celulitis, el acné y contra el envejecimiento de la piel y las manchas.