En el pasado mes de junio, en la ciudad de Lyon, Francia, la Universidad Jean Moulin festejó el treinta aniversario de su fundación.
Al evento asistieron más de ciento veinte rectores y vicerrectores de 50 países, de los cinco continentes, oportunidad que aprovecharon para discutir sobre temas de educación, tales como: el contexto mundial de la globalización aplicado a la enseñanza superior, los efectos del mismo, las responsabilidades, el futuro del sistema y otros, como la producción de la investigación científica, su financiamiento y la búsqueda universitaria para estar atentos a las necesidades de la sociedad.
La Ceremonia Académica formal, llena de protocolo tradicional, sirvió para festejar el aniversario; en ella, algunos oradores hicieron sentencias que son de gran interés para todos, las que quiero compartir con usted en este Diálogo.
El presidente de la Universidad, doctor Guy Lavorel, insistió en la expresión universitaria a través de la colaboración y unión por el amor al conocimiento y la enseñanza; apeló a los valores universales, haciendo referencia y agradeciendo lo numeroso y representativo del mundo del conocimiento, el contingente que asistió al evento.
Hizo uso de la palabra el ministro de Justicia de Francia, el doctor en Derecho, señor Dominique Perben, que trató de fortalecer la conciencia de los asistentes sobre la trascendencia de hacer valer la Ley por medio de la enseñanza y pensar en proponer mejores legislaciones en el mundo, para que disminuya la criminalidad. Sin duda que se refería al planeta en general y no sólo a los franceses.
También dijo que las universidades deben buscar y encontrar formas de fortalecer la unión y relación entre ellas, orientándose a mejorar las condiciones de vida en base al estudio de las ciencias humanas, entre ellas la sociología, la antropología y las culturas de los pueblos.
En esa misma ceremonia, Lyon 3 otorgó grados de doctor honoris causa a dos personalidades: al doctor profesor Sel im Abou, egresado de esa institución, que ha desarrollado una larga vida de esfuerzo académico en Francia, Argentina, Australia y Líbano, sobresaliendo por su estudio en el campo de la filosofía, la antropología y por su defensa de la libertad, tanto en su país como en la Universidad de Beirut, durante los ataques militares de Israel.
Otra mención honorífica fue otorgada al profesor Jan Krysinski, de la Universidad Tecnológica de Lodz, en Polonia, en reconocimiento a su contribución a la enseñanza del conocimiento de Ingeniería Mecánica y de Sistemas.
Interesantemente, ambos se refirieron a la Universidad como el baluarte de los derechos humanos y su compromiso por defenderlos.
Hizo uso de la palabra el doctor Chistian Philip, catedrático de Lyon 3, que insistió en la responsabilidad de encontrar la manera de tener una educación multicultural y hallar en la tolerancia la posibilidad del diálogo verdadero, para que nos identifiquemos los seres humanos, de las distintas culturas y no dividirnos. Se refería a las circunstancias actuales de guerra entre los pueblos, donde las personas más débiles (prisioneros) son vejadas o asesinadas, recrudeciendo el rencor por la injusticia y el radicalismo político-religioso de los más fuertes.
El mismo doctor Philip, con una actitud de profunda reflexión filosófica le gritó al mundo “sobre la presencia del ser humano atropellado por la intolerancia”.
Sin duda que la Universidad está avocada a buscar el logro de todos esos conceptos de amor al prójimo, no sólo educar a las nuevas generaciones en los campos de las ciencias y las tecnologías, sin dar el sentido último y valioso al qué y el con qué; el para qué saber: para servir a los demás.
Este es el cambio del pensamiento universal que se da en el viejo continente; analizar qué se ha hecho mal en las universidades, qué han aportado para llevar a la humanidad a pensar en función de producción y logro de objetivos con ganancias materiales, dejando de lado la reflexión profunda de que, en base en el amor al prójimo y la búsqueda de mejores condiciones de vida para todos, es como se logrará un mundo más justo y la paz universal.
Los asistentes reconocieron la calidad de las expresiones de los distintos participantes, incluidos los que intervinieron en las mesas de discusión que se efectuaron a lo largo de dos días, en las que no faltó el reclamo y denuncia de representantes del movimiento universitario de los estados en vías de desarrollo, por el incumplimiento de las universidades del primer mundo en hacer conciencia entre sus estudiantes de los valores filosóficos y trascendentes, como fue el caso del doctor Antonio Nery Filho, coordinador general del Centro de Estudios y Terapia de Abuso de Drogas de Salvador-Bahía, Brasil, que recibió de los asistentes una larga ovación, cuando terminó de hacer su denuncia en una de las sesiones de preguntas y respuestas.
La buena noticia es que si el mundo está cambiando también las universidades hacen lo propio, poco a poco, pero con pasos firmes, en el convencimiento de que son ellas las que deben retomar el deber de promover los valores que sostienen a la humanidad.
Esta es una nueva esperanza de que los seres humanos cambiemos y que retomemos el paso hacia la superación de la especie, con base a la mayor y mejor conciencia universal, esa que comprende que con la verdad, la justicia y todas las expresiones de bien, alcanzaremos ese nuevo estado de paz social.
Es el amor maduro y responsable que deben defender las universidades y que en Europa (tenía que ser) están retomando con nuevos impulsos dados por la conciencia; el amor filial por el prójimo y por nosotros mismos, como dicta una de las sentencias bíblicas.
Lo invito a que reflexione sobre el tema y si es universitario, que retome la discusión con sus compañeros y que sea factor de motivación para reforzar el trabajo diario con los jóvenes, especialmente en estos días que empezamos un nuevo semestre escolar; si no lo es, que dialogue con sus amigos, que sin duda será de interés y gran beneficio para todos. ¿no le parece que son buenas noticias? ydarwich@ual.mx