Están en la zozobra cerca de mil habitantes
Aguas arriba
EL zumbido del agua que escapa a presión por las tres compuertas inunda las cercanías de la presa Guadalupe Victoria. Aquí nace el río El Tunal. José Manuel Villarreal Barrón y Jesús González Martínez, subcomandante de Sector y revisor de la Comisión Nacional del Agua, respectivamente, están las 24 horas del día en vigilancia.
Son las 11:00 de la mañana, ambos están parados sobre la cortina de la presa que dejó de derramar en forma natural alrededor de las tres y media de la mañana del martes 7 de septiembre.
Su vista es al sur, hacia la región serrana de Santa Bárbara, el arroyo Bayas y río Chico, en donde se levanta una gran nube gris que sobresale del cielo cubierto de nubarrones blancos, y que indica que está volviendo a llover por Santa Bárbara y Metates.
De toda esa región, que conforman tres cuencas hidrológicas, bajan de repente los escurrimientos a la presa, y en pocas horas pueden volver a llenar el vaso.
?Hay informes de que anoche llovió en Santa Bárbara 11 milímetros, y esperamos que para mañana (hoy) llegue la descarga?, señala Jesús González Martínez. Su compañero confirmó que la presa prácticamente llegó a su máxima capacidad con la fuerte avenida de agua que duró cuatro horas, de las dos de la mañana hasta las seis de la mañana del pasado domingo.
A esta hora, salen de las compuertas aproximadamente 97.7 metros cúbicos por segundo. Villarreal Barón explica que las cortinas tienen una capacidad de elevarse nueve metros de altura, y solamente están levantadas 95 centímetros cada una, lo que da una altura aproximada de 2.85 metros.
De acuerdo con el reporte de almacenamiento de la Comisión Nacional del Agua, la Presa Guadalupe Victoria bajó su almacenamiento al 99.1 por ciento, cuando llegó a estar al 103 por ciento.
Desde aquí se ve correr el agua hacia abajo, donde están varios poblados hasta El Arenal.
Donde comienza El Pueblito, el cauce del río corre a unos 80 kilómetros, y el camino hacia el paseo turístico de este lugar está cerrado. Hay indicios de que el agua subió y llegó a unos 20 kilómetros de la carretera.
Al mediodía, a la altura de una conocida discoteca a unos 20 metros, se alcanzan a ver encharcamientos y una propiedad sin construcción inundada de agua. Kilómetros más adelante se distinguen desde la carretera dos parcelas bajo el agua; debajo del puente que comunica al poblado El Nayar el agua corre. Aquí varios productores perdieron sus cosechas de maíz, como el año pasado, por estar cerca del río, que en algunos tramos va disperso.
Uno de los afectados es Fidel Ortiz Morales. Levanta su mano derecha y su índice se dirige hacia el agua, lo que era la orilla del río. Ahí un hermano sembró tres cuartos de hectárea que están ahora bajo el agua. Relata que afortunadamente lograron ensilar a tiempo. Pero hay otros compañeros más que también perdieron la producción a pocos días de la cosecha.
El agua sigue corriendo, en algunos tramos desbordada. El día sigue nublado, y caen algunas gotas de lluvia.
Aguas abajo
Desde lo alto del cerro sólo se ve un espejo de agua que abarca varios kilómetros cuadrados, por tres ríos desbordados. El Arenal, construido en sus faldas, está prisionero, con su cerca de mil habitantes. El poblado de las casas con escalones está otra vez en situación de alerta, y una noche antes a las familias se les pidió evacuar, porque estaba por llegar una descarga de agua.
El agua comenzó a brincar por una parte baja del puente, del lado del poblado, pero todavía permite el paso de vehículos pequeños. Falta un metro y medio aproximadamente para que el nivel alcance el piso del puente.
Es muy diferente el panorama que tenía este poblado de cerca de 250 casas hace diez días. Ahora el acceso por la primera calle es imposible, porque quedó bajo el agua, y en algunas partes más bajas golpea los escalones y bardas de casas.
Aquí coinciden tres ríos: El Tunal, Santiago Bayacora y La Sauceda, que juntos suman 280.8 metros cúbicos de agua por segundo. A estas alturas de recorrido, los tres ríos han perdido su forma. En la gran laguna o espejo de agua no se distinguen los cauces de los ríos.
A la vista está un panorama parecido al mar, salvo por los verdes arbustos. Unos campesinos calculan que el agua inunda unos diez kilómetros de largo, y de ancho, en algunos tramos superan el kilómetro.
Hay cultivos de maíz abajo del agua, y hay varios campesinos con reatas al hombro buscando sus animales. ?¿No han visto pasar unas yeguas??, pregunta Norberto Gurrola Simental a un grupo de vecinos que está arreglando el camino que bordea el cerro. Le responden que no.
Relata que tiene tres días buscando tres bestias y una vaca, que quedaron atrapadas en el monte, entre los arbustos inundados de agua. No es el único que está preocupado por sus animales: Juan García Chávez busca dos vacas, que se quedaron encerradas en el corral.
En su afán de ir por sus animales está con los dos elementos de Protección Civil que están asignados a la vigilancia del área.
Estaban por salir en una lancha, pero el motor no funcionó, y ahora estaban pensando hacer la búsqueda en una lancha convencional. Magdaleno Orona Jara y Clemente Álvarez Díaz son dos jóvenes bomberos que están en este poblado para atender cualquier emergencia, y establecieron el cuartel de operaciones en una de las casas de la primera calle que da al río.
Sus instrucciones consisten en estar al pendiente de cualquier emergencia; acaban de relevar a otros dos compañeros que estuvieron durante la noche.
Un grupo de campesinos está sentado a la orilla del río. Entre ellos están José Guadalupe García Chávez y Lucio Márquez Ramos, ambos del lugar conocido como Potrero de Francisco Villa.
El primero relata que están bajo el agua nueve hectáreas de maíz de riego; cuatro de él y otras cinco que se sembró a otra persona. Pero hace un breve recuento de los daños ocasionados por el desbordamiento de los ríos: Jesús Navar Correa perdió otras nueve; María Contreras, cinco; ?Chon? Villa, cinco; Juan García, siete; Emilio Ávalos, cinco; Amparo Ríos, tres. Todas de maíz.
Le recriminan a la Comisión Nacional del Agua, los daños que sufrieron, y que al parecer no tienen remedio. Señalan que la CNA no les da el agua cuando la necesitan y ahora les hace una sola entrega, pero de más.
José Guadalupe García Chávez señala que el año pasado el agua también cubrió el elote, y que son varios sin cosecha, lo que les ha perjudicado en forma económica, porque sale cara la siembra.
Recordó que después de la contingencia del año pasado, el Gobierno no les regaló, les vendió a peso el kilogramo de semilla de avena para que volvieran a sembrar. Lucio Márquez Ramos señaló que muchos compañeros no lo hicieron porque no tenían dinero. Para cada hectárea les ofrecieron 100 kilos de semilla, y para comprar para cinco hectáreas tendrían que pagar 500 pesos, que no tenían. ?Ésta fue la supuesta ayuda que nos dieron?, dijo.
Aguas en medio
El Arenal es un pequeño poblado que se extiende a lo largo. Una sola calle de varios kilómetros. Y está en medio del cerro que no tiene nombre conocido, y los tres ríos.
Una de sus calles, la de abajo, desapareció, y el agua inundó casas, principalmente en los patios, pero los daños no pasan a mayores.
La señora Susana Gurrola de López dice que su vivienda está remojada de los techos y bardas. Tiene años y años de ver las inundaciones, y lo ve como algo normal. ?Nomás llueve mucho arriba, y aquí está siempre uno temerosa?.
Señala que su casa está de subida, y que el año pasado el agua solamente llegó al primer escalón de cinco. Recordó que a ella le avisaron que tenían que desalojar las viviendas, porque iba a crecer el río.
Un brigada del Sistema Descentralizado de Agua Potable y Alcantarillado volvió ayer en la mañana a entregar 100 garrafones de agua potable, que proporcionó a la Junta Municipal. Un día antes, la brigada a cargo de Óscar Octavio López Rodríguez, jefe de Servicios Generales de Sideapa, también llevó otros 100 garrafones dentro de las prevenciones de que este poblado pudiera quedar incomunicado.
El año pasado duraron ocho días, pero ahora tienen suficiente agua.
CIFRAS
Hay temor
Los habitantes de El Arenal viven entre la alarma y la emergencia porque ante la posibilidad de desbordamiento enfrentarían una tragedia.
963 habitantes hay en El Arenal
246 viviendas rodeadas por el agua
200 animales mayores, caballos y vacas, perdidos.
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50 hectáreas y más arrasadas por el agua
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280.8 m3 corren cerca de este poblado
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FUENTE: Investigación de El Siglo de Durango.
Emergencia
En alerta
El Arenal es un poblado que está en situación de alerta por el desbordamiento de tres ríos que concurren aquí.
Ríos Volumen
m3/seg.
El Tunal 97.7
Santiago Bayacora 44.5
La Sauceda 138.6
Total 280.8
FUENTE: Reporte de la Comisión Nacional del Agua.
Sin cuantificar daños
Las lluvias que se han presentado en la entidad han dejado un saldo preliminar de dos mil 600 hectáreas de siembras siniestradas, principalmente en cultivos de frijol, avena y maíz ya en estado de maduración, informaron ayer las autoridades de la Secretaría de la Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural del Gobierno del Estado.
En tanto, las autoridades de la Gerencia de la Comisión Nacional del Agua y la Dirección Estatal de Protección Civil hicieron un recorrido aéreo en zonas rurales del municipio de Durango, básicamente sobre las comunidades de Málaga y El Arenal, pero hasta ayer no estaban cuantificados los efectos de la contingencia climatológica.
Los daños fueron causados por inundación y arrasamiento de siembras, principalmente en la Zona Valle del Guadiana (Durango), aunque también había afectaciones en cultivos de los municipios de Poanas, Guadalupe Victoria, Canatlán y Cuencamé.
El secretario de Desarrollo Rural del Gobierno del Estado, Rodrigo Silva Cardona, precisó que las dos mil 600 hectáreas detectadas con siniestro son cifras preliminares en virtud de que todavía no se cuantifican los daños de manera precisa.
Dijo que la mayor parte de los cultivos afectados eran siembras de frijol, mientras que en segundo lugar se ubicaron las praderas, la avena y maíces que ya estaban en un 85 por ciento de su maduración.
El director de Protección Civil del Estado, Gerardo Cajero Navarro, manifestó que se mantendrán los sobrevuelos en diversos municipios de la entidad, con la finalidad de monitorear el comportamiento del almacenamiento de las presas y los cauces de ríos.
Aseguró que hasta el momento los daños están localizados principalmente en cultivos y zonas de agostadero, aunque hay afectaciones en viviendas por la filtración de agua.
Los lugares de mayor cuidado son El Arenal y Málaga (municipio de Durango), así como otras localidades del municipio de Canatlán, apuntó Cajero Navarro. (Información de Luciano Valenzuela García | EL SIGLO DE DURANGO)
Más de 4 mil hectáreas
de cultivos, inundadas
El director Municipal de Desarrollo Rural, Roberto Arreola Arreola, informó que, hasta ayer al medio día, estaban inundadas por el agua proveniente de las confluencia de los ríos La Sauceda, El Tunal, Bayacora y el arroyo de La Vaca más de cuatro mil hectáreas de cultivos agrícolas, además de que se desalojó a los moradores de 12 viviendas de El Arenal, por los riesgos de daños a la estructura a causa de la humedad.
El funcionario dijo que después de evaluaciones preliminares, la zona del ejido Málaga, donde hay pequeñas propiedades, al menos son dos mil hectáreas de cultivos agrícolas y forrajeros las que han resultado inundadas a consecuencia del rompimiento de bordos que contenían el agua del río La Sauceda, al desfogarse la presa Peña del Aguila; pero ahí aclaró que hasta ayer no existía peligro para las viviendas, de acuerdo con los niveles del agua.
Explicó que en tal zona la inundación se genera por una especie de dique construido para evitar que las pistas del aeropuerto Guadalupe Victoria se cubran de agua proveniente de los afluentes. Sin embargo, ello afecta a los productores que nuevamente este año están en riesgo de perder los cultivos.
En el caso de El Arenal, se desalojaron 12 viviendas en riesgo de sufrir daños por la humedad. Ahí, por instrucciones del Alcalde, se enviaron 200 garrafones de agua apta para consumo humano, ya que la bomba del pozo que suministra el líquido elemento a los pobladores quedó inundada y no funciona.
También se distribuyeron raciones alimenticias, como despensas, y se habilitaron dos lanchas para el traslado de las personas. No obstante, Roberto Arreola dijo que hasta ayer al medio día aún no se quedaba incomunidado totalmente el ejido. También está cubierta por el agua una superficie de dos mil hectáreas agrícolas.
Producto de los recorridos de evaluación que se realizaron, se mantiene estado de alerta en poblaciones como Francisco Villa Viejo y Nuevo, Tomás Urbina, El Manzanal, Pino Suárez y 5 de Febrero, donde ya se detectó la inundación de 40 hectáreas de maíz, pero por agua proveniente de las lluvias, no de las corrientes de los afluentes.
Dijo que se auxilia a los pobladores con motobomba para sacar el agua de los cultivos de maíz, a fin de evitar que se siniestren.
Roberto Arreola aclaró que la superficie agrícola inundada puede ser mayor, lo cual se habrá de evaluar en las horas siguientes a que proporcionó la información, a través de recorridos terrestres y por aire que se planeaba realizar, incluso, encabezados por el alcalde Jorge Herrera Delgado.
Agregó que las acciones de ayuda a las personas que resulten damnificadas se realizan desde ahora, en que aún hay paso a los poblados, y en previsión de posibles siniestros que pudiera ocasionar el agua proveniente de los ríos y presas, pero también la de las lluvias.
Alerta permanente de Protección Civil
El alcalde Jorge Herrera Delgado informó que Protección Civil Municipal se encuentra en estado permanente de alerta, y en estrecha coordinación con el estatal, de tal manera que están preparados para intervenir en contingencias que afecten a la población.
Dijo que de acuerdo con los reportes recibidos al mediodía de ayer, no había desgracias personales qué lamentar, pero ya había girado instrucciones para habilitar albergues en caso de surgir la necesidad de atender damnificados. Anunció que realizaría un recorrido aéreo para hacer una evaluación más cercana a la realidad.
