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El argentino que todos quieren

Saramago, Márquez, Eloy Martínez y Fuentes recuerdan a Julio Cortázar

AGENCIAS

GUADALAJARA.- Durante dos horas de anécdotas y reflexiones de la obra literaria y personalidad de Julio Cortázar, el Premio Nóbel Gabriel García Márquez, aseguró que el escritor homenajeado fue el argentino que se hizo querer por todos.

En compañía del también Premio Nóbel de Literatura, José Saramago y de los escritores Tomás Eloy Martínez y Carlos Fuentes, García Márquez contó algunas anécdotas de su amigo Cortázar en ocasión de su vigésimo aniversario luctuoso.

?Es el ser humano más impresionante que he tenido la suerte de conocer; un escritor como el que yo hubiera querido ser de grande?, manifestó en su intervención el colombiano García Márquez.

Habló del viaje que hizo a Praga en compañía del autor de Rayuela y Carlos Fuentes, en donde compartieron prolongadas pláticas y discusiones que se alargaron hasta la madrugada.

Recordó el otoño de 1956, cuando acudió a un café parisino que frecuentaba Cortázar sólo para verlo, sin embargo, no se atrevió a hablarle por el temor a ser rechazado.

?Lo vi escribir durante más de una hora, sin una pausa para pensar, sin tomar nada más que medio vaso de agua mineral, hasta que empezó a oscurecer en la calle y guardó la pluma en el bolsillo y salió con el cuaderno bajo el brazo como el escolar más flaco y alto del mundo?, subrayó.

Para García Márquez los ídolos infunden respeto, admiración, cariño y por supuesto, grandes envidias, ?Cortázar inspiraba todos esos sentimientos como muy pocos escritores, pero inspiraba otros menos frecuentes: la devoción?.

El colombiano aseguró que Cortázar, fue tal vez sin proponérselo, el argentino que se hizo querer de todo el mundo.

En su intervención, el portugués Saramago reconoció en la obra del homenajeado una de las más lúcidas expresiones entre lo real y lo fantástico, además de destacar que fue un gran humorista.

A su vez Carlos Fuentes recordó el viaje que él y García Márquez hicieron en tren, junto al autor de Rayuela, rumbo a Praga y a pesar de que al argentino falleció hace 20 años, sigue vivo en estos tiempos porque sigue vigente su pensamiento y su obra.

Aseguró que Cortázar tiene un lugar muy especial entre todos sus amigos y a través del tiempo que ha transcurrido sin su presencia, aún lamenta su muerte porque fue un hombre extraordinario.

?Era un ser adorable; yo creo que entre mis amigos -y hay muchos que quiero muchísimo- hay un lugar estelar para la amistad con Cortázar, porque era un hombre cariñoso, abierto, tierno, preocupado, de una increíble bondad?.

Por su parte, Tomás Eloy Martínez consideró que Cortázar instaló el sabor de la libertad y de la utopía en una América Latina de los años 50, resignada a los cerrojos de la opresión y a la vida crítica y mantuvo esa herencia en alto hasta su muerte.

Destacó que ?hay ciertos autores que irradian una luz irresistible y él, era uno de los mayores?, tal vez por ello sigue tan actual este escritor argentino.

Lo describe

El Nóbel José Saramago abrodó ayer en Guadalajara uno de los cuentos de Julio Cortázar, No se Culpe a Nadie, una narración inquietante que considera vincula al autor con Kafka.

?No estoy diciendo que Cortázar se haya basado en Kafka, pero como lector tengo el derecho y la libertad de buscar acercamientos u oposiciones. Creo que el pullover de ese hombre del que no se ocupa nadie en el cuento de Cortázar, es el caparazón del coleóptero en que Gregorio Samsa se transformó. Y si no es cierto, y si no tiene nada qué ver una cosa con otra, me da gusto reflexionar sobre una y otra porque en el fondo ése es el objetivo de la literatura?, explicó el autor en entrevista tras participar en la Cátedra Alfonso Reyes, en el Campus Morelia del Tec de Monterrey.

Aunque subraya que Rayuela es una gran novela, no es la obra que Saramago prefiere de Cortázar.

?Lo que más me gusta es, digamos, lo que tiene Kafka: la posibilidad de partir de un hecho sencillo y cotidiano, aparentemente sin importancia, de desarrollar un relato en el que cada palabra va retorciendo esa aparente normalidad para, poquito a poco, llegar a una situación totalmente imprevisible. Kafka no leyó a Cortázar, pero si hubiera la posibilidad de que lo leyera diríamos que son espíritus afines?.

Y Carlos opina...

¿Cree que Cortázar sea más querido que comprendido?

Creo que las dos cosas van parejas. Escribió una de las grandes obras de la literatura, no sólo en lengua española sino mundial, del siglo 20. Recuerdo la crítica del New York Times declarando a Rayuela uno de los grandes acontecimientos de la novela contemporánea cuando apareció en inglés, de manera que Julio tiene la gran virtud de ser comprendido, leído y querido.

Algunas personas empiezan Rayuela, pero les cuesta trabajo digerirla, ¿cree que toca al lector común?

Una buena novela cuesta trabajo porque es un desafío y Cortázar no escribió best-sellers, sino long-sellers; es la diferencia. Hay novelas que se leen muy fácilmente en la playa y luego al regresar a la casa ya se olvidaron; ésta es una novela inolvidable, y parte de su valor es que exige un esfuerzo por parte del lector, porque es una novela que sólo existe en función de que el lector al leerla la re-crea, o la co-crea. Cortázar nos invita a ser los co-creadores de sus obras. Este es un secreto, una invitación que nos dignifica como lectores y como personas. Nos da un rango, nos da una personalidad, nos da un valor muy particular; es de los escritores que son más claros en esta exigencia: ?Si quieres entrar a mi novela, tienes que ser creador de la novela junto conmigo?, ese es el secreto de Rayuela, no hay otra manera de leerla... la tabla de instrucciones, las combinaciones de lectura que ofrece, son el indicio de que se trata de eso.

Eso respecto a Rayuela, pero, ¿considera que algunos de sus cuentos puedan ser considerados clásicos?

Los cuentos de Cortázar forman un universo; es muy difícil seleccionar un cuento, hay quienes prefieren El ajolote, por ejemplo, o La noche boca arriba, que son dos cuentos de Cortázar de tema mexicano; otros prefieren Casa tomada, hay los cuentos de Bestiario... Es muy difícil seleccionar uno, se puede tener una preferencia, pero esta nunca se puede desprender de la totalidad del universo cortazariano.

¿Usted no tiene un cuento favorito?

El cuento que más me impresiona es Casa tomada.

¿Cuál ha sido su experiencia con Rayuela?

La he estudiado, la he enseñado; es una novela que estimula mucho la relectura; las grandes novelas están hechas no sólo para leerse sino para releerse; las malas novelas las lee uno y las tira a la basura enseguida. En cambio, Rayuela es una obra que está exigiendo la relectura; los capítulos prescindibles, por ejemplo, son capítulos imprescindibles. Implica una lectura infinita.

¿Qué tanto Horacio Oliveira es Cortázar?

No creo que haya elementos autobiográficos, salvo en la medida en que todos ponemos algo de nuestra personalidad cuando escribimos, pero ahí lo interesante es la dualidad de Horacio Oliveira y La Maga, de un lado, y Talita y Traveler, del otro, y el hecho tan original de Cortázar de que a La Maga, que es protagonista, la están buscando: ?¿Encontraría a La Maga??, empieza la novela, y Oliveira está muy presente, y Talita y Traveler, dos personajes argentinos de este lado, que quisieran entrar a la novela y no pueden. Es un juego magnífico que hace Cortázar sobre la realidad o irrealidad de los personajes. En realidad está hablando de figuras; su gran proyecto es la visión de los seres humanos como figuras potenciales, no como personajes psicológicos clásicos, como los ha tratado la novela, sino como figuras en potencia, en proceso de gestación.

¿Carlos Fuentes es un cronopio?

Eso lo tienen que decir los demás, mis lectores. Los lectores de La silla del águila deben pensar que soy un cronopio disfrazado.

Del recuerdo...

Mientras viajaban en tren rumbo a la capital checa, invitados por el escritor Milan Kundera ?a tratar de salvar lo insalvable?, tras la ocupación soviética que dio origen en 1968 a la Primavera de Praga, Carlos Fuentes y Gabriel García Márquez le hicieron a Julio Cortázar una pregunta sobre jazz que desató una larga cátedra sobre el género, la cual duró casi toda la noche.

?También se refirió a otra cosa muy específica: el uso de la música de piano en el cine. Nos tenía con la boca abierta a García Márquez y a mí?, recuerda Fuentes.

El gusto por voces como las de Billy Holliday y Bessie Smith, fue uno de los puntos en común entre el mexicano y el argentino, además de la constante puesta en duda de la estructura novelística, al no limitarse ninguno a aceptar la forma decimonónica, tratando de encontrar nuevos horizontes formales y expresivos para el género, recuerda Fuentes en entrevista.

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