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El asalto/Nuestro concepto

Mientras que en el discurso el país lucha por una democracia operante, en los hechos la barbarie política reclama espacios y termina por imponerse. Lo que sucedió el martes en San Lázaro presupone la cancelación de cualquier posibilidad de diálogo, negociación y consenso como el método para llegar a acuerdos y cede su lugar al imperio de la fuerza.

Y lo más grave es que el ejemplo de los asambleístas perredistas del Distrito Federal puede marcar tendencia. Un día después, varios diputados federales del PRI y del propio PRD reconocieron que el virtual asalto a la Cámara de Diputados afectará el ánimo de los legisladores para votar a favor o en contra del desafuero de Andrés Manuel López Obrador y de su otrora brazo derecho y operador, René Bejarano, el mismo que demostró en videos, su habilidad para llenar bolsillos con fajos de billetes.

Tan simple: La percepción ciudadana hoy es que cuando los perredistas no están de acuerdo, pues toman por asalto lo que sea, incluso el Congreso y así, pocos se atreverán a contrariarles, independientemente de que tengan o no razón.

Para Fernando Royo Díaz Rivera, vicepresidente de Coparmex Laguna, resulta simplemente increíble que durante años los perredistas luchen por la democracia y el respeto al Derecho y sean ellos mismos quienes lo violenten y se pregunta ¿qué nos espera si el PRD llega a otros niveles de Gobierno? Habría que reconocer al menos –a la luz de los últimos acontecimientos- que la pregunta del líder empresarial es válida y que debe llamar a la reflexión más serena.

Por su parte, el gobernador, Enrique Martínez, considera que las acciones de los asambleístas del PRD rebasan los límites de gobernabilidad, por lo que pide no quedarse con los brazos cruzados, “nosotros debemos rechazar y reprobar estas acciones porque lastiman la integridad nacional”.

El Mandatario coahuilense considera positiva la iniciativa que se presentará ante el pleno de la Cámara de Diputados para reformar el artículo 122 de la Constitución, con la que se pretende responsabilizar al Gobierno capitalino del financiamiento de la educación básica. “Esto es importante porque es un mensaje de equidad, ya basta que todos los Gobiernos estatales estemos subsidiando al Distrito Federal. Si hemos padecido un centralismo absurdo es el momento de que pongamos un hasta aquí, con argumentos”.

Pero ese es precisamente el problema: para un debate de altura es necesario que todas las partes defiendan sus ideas e intercambien argumentos para lograr acuerdos, pero al parecer los perredistas no están dispuestos.

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