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El Cajón/jaque Mate

Sergio Sarmiento

“Sólo la libre expansión de las energías trae la felicidad”. Herman Keyserling

Yo no sé si sea la obra del sexenio, como se la ha llamado, pero ciertamente es un proyecto espectacular. La presa de El Cajón, para la que ayer se llevó a cabo el desvío del cauce del río Santiago en Nayarit, implicará una inversión total de 748 millones de dólares. Cuando termine su construcción, en el año 2007, tendrá una capacidad de generación de 750 megavatios (MW) de electricidad.

Esto representa el dos por ciento de la capacidad nacional. Con este proyecto y otros más, el Gobierno del presidente Vicente Fox está tratando de impulsar la inversión en electricidad a pesar del rechazo del Congreso a llevar a cabo la reforma a fondo del sector. La empresa privada ICA, la mayor constructora nacional, está edificando El Cajón.

La firma, sin embargo, ha tenido que actuar no sólo como constructora sino también como financiera del proyecto. La CFE no tiene recursos para pagar el proyecto. Esto ha obligado a ICA a levantar deuda en los mercados internacionales. La electricidad que surja de esta presa será necesariamente cara.

Una razón es simplemente el hecho de que los grandes proyectos hidroeléctricos no son ya competitivos con los modernos generadores de gas de ciclo combinado. Cada megavatio de capacidad instalada en El Cajón costará un millón de dólares. Una planta de ciclo combinado, en cambio, puede producir un megavatio por un monto de entre 350 mil y 500 mil dólares. La otra razón es la deuda que se está teniendo que contratar.

China está construyendo en este momento una presa todavía más espectacular, la de las Tres Gargantas sobre el río Yangzi (o Yang-tsé), pero lo que está haciendo para financiar el proyecto es colocar acciones de la firma dueña de la presa en las bolsas de Shanghai, Hong Kong y Nueva York. La bursatilización de la presa de las Tres Gargantas dispersa el riesgo del proyecto, elimina la necesidad de contratar deuda y reduce de manera muy importante los costos.

En México, absurdamente, está prohibido colocar acciones de una planta de generación. El resultado es que la electricidad de la presa de las Tres Gargantas tendrá un costo significativamente inferior a la de El Cajón. Y esto quiere decir que las industrias chinas seguirán contando con una electricidad más barata y podrán seguirle ganando terreno en competitividad a las mexicanas.

Me queda claro que, en las actuales circunstancias, la presa de El Cajón es un proyecto que debe construirse. Nuestro país sigue teniendo que seguir haciendo todos los esfuerzos posibles para generar electricidad a pesar del rechazo del Congreso a permitir la inversión privada en el sector. El Gobierno del presidente Fox está logrando, de hecho, avances importantes sin las reformas.

Además de la presa de El Cajón, cuya electricidad empezará a llegar a la red nacional después de que termine el actual sexenio, hay una serie de proyectos de ciclo combinado en construcción, todos ellos por empresas privadas. Tanto la CFE como los empresarios han hecho gala de ingenio para darle la vuelta a una prohibición que, de aplicarse estrictamente, habría dejado a nuestro país hundido en la oscuridad desde hace mucho tiempo.

Los costos de construcción y operación bajo la actual incertidumbre legal, sin embargo, son muy superiores a los que tendríamos si se hubiera llevado a cabo la reforma. La inversión es, también, más reducida. Esto significa que siguen estando en línea una multitud de viejas plantas generadoras, cuya producción es mucho más cara que las de ciclo combinado y se mantiene en operación también un decrépito sistema de transmisión y distribución. Mientras tanto, las industrias y los consumidores de nuestro país siguen pagando una electricidad más cara, con mayores variaciones y con apagones más frecuentes y prolongados que los de otros países del mundo.

Quienquiera que vea la presa de El Cajón quedará orgulloso de la capacidad de la ingeniería mexicana para construir obras de gran envergadura. El hecho de que el proyecto esté siendo manejado por una empresa privada, como ICA, no constituye, por supuesto, ninguna amenaza a la soberanía nacional. Lo que realmente pone en riesgo nuestra soberanía es que las restricciones a la inversión hagan que nuestra electricidad sea menos abundante, inferior en calidad y más cara que la de otros países. Esto es un golpe contra la fortaleza y la competitividad de México y contra nuestra posibilidad de crear nuevos empleos.

Ahumada

Carlos Ahumada fue detenido en Cuba por fraude genérico contra el Gobierno del Distrito Federal. Primera pregunta: ¿Lo protegió el régimen de Fidel Castro? Segunda pregunta: ¿Se le dará a las acusaciones de que estaba siendo extorsionado por perredistas la misma atención legal que a la del presunto fraude?

Correo electrónico:

sergiosarmiento@todito.com

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