Una parte del cerebro del tamaño de un grano de arena contiene alrededor de 100 mil neuronas y mil millones de sinapsis.
Es innegable que el cerebro es la esencia del individuo, se podría decir que es una máquina maravillosa y casi perfecta, y que el mayor tesoro de una persona es tener este órgano vivo, cambiante y lleno de energía que le permite al ser humano hacer lo que hace y ser quien es.
Una manera de aprender más sobre el funcionamiento de esta pieza clave es visitar la exposición "Cerebro: El mundo dentro de tu cabeza", donde prácticamente se hace una operación y se realiza un viaje fantástico por módulos interactivos en los cuales los visitantes se informan sobre la fisiología, sicología y ciertos misterios de este órgano.
La exposición está en el Museo Tecnológico de la CFE, cuya directora, Silvia Neuman, explica que una vista muestra a todo mundo que el cerebro es la estructura más compleja que se haya conocido en el universo, pues contiene tantas neuronas como estrellas tiene la Vía Láctea.
La información disponible ilustra sobre los mensajes eléctricos en las neuronas, que viajan a aproximadamente 354 kilómetros por hora. Y cosas sorprendentes como el hecho de que una persona podrá no usar todas las neuronas del cerebro al mismo tiempo, pero cada una es importante.
"Cerebro: El mundo dentro de tu cabeza", indica Neuman, tiene un objetivo importante: "Educar a la población en un tema tan complejo como la salud mental, esto con el fin de prevenir ciertas enfermedades y desaparecer el estigma en las personas que las padecen".
El viaje que ofrece la muestra tiene atractivos como descubrir que una parte del cerebro del tamaño de un grano de arena contiene alrededor de 100 mil neuronas y mil millones de sinapsis, todas "comunicándose" entre sí o que nunca se apaga ni descansa a lo largo de la vida.
Las maravillas de este órgano quedan expuestas a todo mundo, pues hay simuladores y aparatos interactivos, en los cuales los niños y adultos pueden aprender tocando, y en este marco los especialistas que organizaron la exhibición dicen que los primeros años de vida representan el mejor momento para desarrollar habilidades cerebrales sólidas como lo son las matemáticas, lógicas y musicales.
Agregan que durante los años de la infancia, el cerebro puede reconectarse a sí mismo para compensar muchos tipos de defectos y lesiones, así como registrar el dolor del resto del cuerpo, pero no puede sentir dolor en sí, porque no hay sensores de dolor dentro de él.