Alrededor 11.2 millones de personas trabajan por su cuenta en diferentes activididades
EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- A pesar de las quejas de autoridades y ciudadanos en contra de los comercios informales, ésta es la principal fuente de ingresos de las personas de la tercera edad que muy apenas cuentan con educación primaria.
Son muchos los vendedores ambulantes que son el único sostén de su familia, algunos tienen problemas de discapacidad, como Refugio Medina, vendedora de dulces, que tiene polio y esto le impide tener un horario fijo para trabajar.
?Primeramente las autoridades deberían fijarse en quién puede trabajar?, dijo la vendedora, ?porque como yo tengo polio, no puedo hacerlo en donde me estén pagando y pues realmente de aquí es de donde saco mi dinero?.
María del Refugio comenzó a vender golosinas y cigarros porque sus papás ya no pudieron trabajar, lo que la convirtió en el sustento de la familia desde hace cinco años.
?Ahorita tengo a mi madre y tengo una niña de cuatro meses que dependen de mí?, agregó Medina, ?sí me gustaría hacer más pero no siempre se puede?.
En casa de Fidel Gámez, vendedor de gorditas, vive su esposa, sus dos hijos, su nuera y su nieto.
?Pago agua, luz y uno que otro abonillo por ahí?, manifestó, ?todos dependen de mí?.
Fidel trabajó en una gasolinera de Saltillo durante 14 años, pero se quebró un pie y perdió su trabajo debido a que no podía caminar bien.
Se mudó a Torreón, donde vivía su familia y comenzó a vender gorditas en el mercado Juárez, de donde se tuvo que salir por problemas de dinero y desde hace 23 años estaciona su triciclo en una esquina concurrida del centro, junto a otros vendedores de aguas frescas, jugos y frutas.
Cuando finalmente se compuso de su problema en el pie, Fidel ya no tenía la edad ?apta? para trabajar, por lo que siguió con su negocio de gorditas, aunque admite que quizá hubiera podido ganar más dinero en un trabajo estable.
?Ahorita ya de plano no hay otra cosa que pueda hacer, sólo me sale ya para andar por ahí de velador, pero pues está bien peligroso?, explicó Fidel.
No tiene permiso para la venta de su producto, ya que las autoridades se niegan a proporcionárselo, además de que ha tenido algunos enfrentamientos verbales con algunos negocios establecidos cercanos al lugar donde se postraba.
?No sé qué esperan las autoridades, querrán que se muera uno de hambre o que nos pongamos a robar?, manifestó el vendedor.
?Estamos trabajando honradamente, no perjudicamos a nadie, estamos tratando de mantener a nuestras familias, necesitamos sacar pa? comer?.
