Londres, (EFE).- El archaeopteryx, el posible eslabón entre los dinosaurios y las aves, tenía hace 147 millones de años una capacidad para volar similar a la de los pájaros actuales, según un estudio que publica la revista científica británica "Nature".
Gracias al ordenador, expertos del Museo de Historia Natural de Londres han reconstruido el cerebro y oído interno de esa especie, el ave fósil más antigua que se conoce, de un tamaño parecido a una paloma pequeña y que vivió en Alemania durante el Jurásico Superior.
Según los científicos, esas partes del cuerpo del dinosaurio-ave han resultado ser tremendamente parecidas a las de pájaros comunes como gorriones, loros o águilas, lo que podría reabrir el debate sobre el origen de las aves y cuándo empezaron a volar.
"Si el vuelo estaba tan avanzado en la época del archaeopteryx, ¿entonces los pájaros volaban millones de años antes de lo que hasta ahora pensábamos?", se preguntó Angela Milner, que ha dirigido la investigación.
"Ahora que sabemos que el archaeopteryx era capaz de controlar el complejo asunto de volar, esto provoca más preguntas", apuntó la experta, que lamentó no tener más fósiles que permitan hacer más averiguaciones sobre cuándo y cómo comenzaron a volar los pájaros.
La investigación publicada en "Nature" indica que las proporciones del cerebro y la forma del oído interno de esa especie son prueba de que podía volar y que contaba con una visión y un sentido espacial desarrollados.
El Museo de Historia Natural de Londres conserva el fósil más antiguo de archaeopteryx, encontrado en Alemania en 1861 y que generalmente se considera como la prueba de que se trata de la especie voladora más antigua conocida por el hombre.
Tan sólo se conservan siete fósiles y una pluma de archaeopteryx, encontrados todos en Alemania, que muestran que tenía el cuerpo recubierto de plumas y conservaba rasgos de reptil.
Se diferenciaba de las aves actuales en que tenía dientes, garras y una larga cola con huesos, aunque a la vez parecía contar con plumas evolucionadas.
Sin embargo, los científicos siempre han estado divididos sobre la posibilidad de que sea un eslabón en la cadena evolutiva y este debate nunca se ha cerrado.