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El embajador/Jaque Mate

Sergio Sarmiento

“Nada es más fácil que gastar el dinero

público. Parece que no le pertenece a nadie, por lo que es enorme la tentación de darle un propietario”. Peter Cook

No son los colchones de Carlos Flores Alcocer, el hasta ayer embajador mexicano en la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), lo que preocupa. El problema es la displicencia con la que el Gobierno de México sigue gastando el dinero de los contribuyentes.

El que un embajador compre colchones u otros enseres para amueblar una nueva residencia no debería sorprender. Estas compras no se pudieron hacer sin la autorización de la oficialía mayor de la Secretaría de Relaciones Exteriores. Debe uno preguntarse, sin embargo, por qué se reabre la embajada ante la OCDE cuando, por razones presupuestarias, se fusionó hace apenas dos años con la de Francia. En varios países es el embajador bilateral el que representa a México ante las organizaciones multilaterales. Tal es el caso de Italia y la FAO o de Austria y las instituciones de las Naciones Unidas que se ocupan de desarme y drogas. En general esta es una buena política.

¿Qué tan adecuado era comprar la residencia que se adquirió? Quizá tenga sentido financiero comprar una casa, aunque cueste 1.2 millones de euros, en lugar de pagar alquiler. El problema es que el inmueble no se encuentra propiamente en París sino en Le Vésinet, una zona suburbana a unos 40 minutos del centro de París. La ubicación de la residencia tenía sentido para el embajador Flores, porque éste tiene hijos pequeños que pueden aprovechar el jardín y las escuelas suburbanas, pero no es el lugar adecuado para un embajador que debe tener un constante contacto -incluso comidas y cenas— con otros embajadores que viven en el centro de París. Por la lejanía, la residencia puede convertirse en una pesadilla para un futuro embajador. Otro problema de la casa es que tiene un litigio pendiente. He escuchado opiniones contradictorias sobre la gravedad de este hecho. Hay quien me ha dicho que la casa podría ser derruida si se pierde el juicio, lo cual haría una estupidez su adquisición, aunque también he escuchado que el problema es realmente menor y tiene que ver sólo con el hecho de que la cochera proyecta una sombra sobre la casa vecina.

De lo que no hay duda es de que en un momento en que las legaciones de México en todo el mundo -y especialmente en Europa, por el alza del euro— están desmoralizadas por los recortes presupuestarios, el dinero que se ha empleado en la reactivación de la embajada de la OCDE y en la compra y equipamiento de la nueva residencia es un problema serio. Es difícil hacer aceptar a otros embajadores la explicación de que no es posible hacer inversiones o mejoras en sus legaciones, aun en casos urgentes, cuando se percibe una generosidad desmedida en el caso de Flores sólo porque ha sido colaborador directo del presidente Vicente Fox.

Me queda claro que Flores se llevó consigo a la OCDE el presupuesto que tenía en la Oficina de Planeación Estratégica de la Presidencia de la República. La idea es que en París Flores y sus economistas tendrían acceso a mucha información internacional que les permitiría llevar a cabo mejores estudios para las decisiones estratégicas de la Presidencia. Si esto es verdad o un simple pretexto no lo sé, pero en la actual estrechez presupuestaria no deja de parecer excesivo que se dediquen más de tres millones de dólares al año para abrir una embajada cerrada hace apenas dos años.

Reitero que el problema no son los colchones u otros enseres sino la reiteración de que el desenfado sigue siendo la norma en el gasto del Gobierno mexicano. Evidentemente las promesas de austeridad no han servido de gran cosa. Los políticos siguen tratando el dinero de los contribuyentes con una displicencia enorme, sin darse cuenta de que éste proviene de impuestos que se cobran en un país agobiado por la pobreza.

El escándalo ha llevado en este caso a la destitución de Flores. Lo lamento porque se trata de un buen hombre, con sobrada capacidad para realizar su trabajo de análisis económico. Siento, de hecho, que él ha sido simplemente una víctima de un fuego cruzado político. Pero los ciudadanos no podemos permanecer impasibles cuando nos damos cuenta de que, independientemente del partido en el poder, el dinero gubernamental se gasta con profunda irresponsabilidad.

Por resistirse

Con enorme tristeza me entero de la muerte de Beatriz González Casanova, hija de mi querido maestro Henrique González Casanova. Rabia enorme me da saber que fue asesinada por resistirse a un asalto. La responsabilidad fundamental del Estado es proteger a los ciudadanos. Pero mientras el Estado mexicano hace mil cosas innecesarias, falla en su cometido fundamental.

Correo electrónico:

sergiosarmiento@todito.com

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