De no atenderse, el estrés, pude provocar graves problemas de salud, como trastornos del sueño.
(SUN-AEE).-Los cambios sociales y económicos impuestos en el mundo han llevado a la gente a agolparse en las ciudades, no importa si son grandes o pequeñas, y en las urbes los espacios vitales para el ser humano se reducen, la competencia aumenta y se deteriora la calidad de vida, por eso hasta 80% de sus habitantes padece estrés, un mal que puede ser peligroso.
El siquiatra Renato Illescas Rico comenta que este problema, de no atenderse a tiempo, pude provocar graves problemas de salud, como trastornos del sueño y en la sexualidad, gastritis, colitis, migraña y afecciones cardiovasculares que ponen en peligro la vida.
La batalla contra este moderno padecimiento, al que mucha gente simplemente llama nervios o presión social, debe darse en varios frentes, pues hay que trabajar en disminuir sus efectos y para ello tiene que mantener una alimentación saludable, que incluya verduras, frutas, granos enteros, pescado, pero además es necesario hacer ejercicios aeróbicos o yoga.
Los ritmos acelerados de las grandes urbes han llevado a la gente a estilos de vida que dañan su salud; muchas veces es afectada en lo mental por problemas económicos que se enfrentan en la familia. Asuntos como inseguridad y presiones diarias en escuelas y centros laborales suelen ser el detonador del padecimiento que, entre otras causas, incrementa hasta en dos veces más el riesgo de morir por problemas del corazón.
"El estrés provoca también que en forma involuntaria quienes lo padecen se refugien en hábitos equivocados como un mayor consumo de alcohol, cigarrillos y comida en exceso, lo cual va asociado con otras enfermedades que se desencadenan por ese motivo como el sobrepeso y daños cardiovasculares", afirma el especialista.
Illescas dice que para vencer al mal, hay que adoptar una rutina diaria de relajación personal de unos 30 minutos, y cuando el estrés es muy intenso, hasta una hora para aminorar sus efectos y consecuencias que pueden llevar al mal humor, depresión y ansiedad. Apunta el doctor: "Quienes no duermen ocho horas diarias son más propensos a padecer la enfermedad ante la falta de descanso y la tensión nerviosa a la que se enfrentan".