La desnutrición genera deficiencias en el aprendizaje
Todos los alumnos que incluyen el salón de clases de Jorge Almaraz Montes y de Judith Vanesa Acosta Martínez llevan uniforme, aunque ésta es una escuela rural, que se llama ?Miguel Hidalgo?, ubicada en el poblado de ?Chupaderos?. Jorge tiene 13 años y Vanesa 11. Ambos cursan el sexto grado y tienen algo en común: sus padres carecen de los suficientes recursos económicos para sostener su educación y esta característica se refleja en su aprovechamiento escolar, pues presentan desnutrición.
Estos dos niños nunca desayunan en su casa. A Jorge se le hace nudo el estómago cuando ya son las 11:40 de la mañana y no ha llegado su mamá con algunas gorditas, tacos o lo que sea que haya preparado. Para Judith la suerte es distinta. Le cuesta tres pesos el almuerzo que realiza a la misma hora cuando salen al recreo, mismo que toma en la cocina de la escuela, aunque dice su maestra Alma Isela González Ríos que a veces ni siquiera trae dinero para comprar algo de alimento.
Aunque a veces en el salón de clases el hambre los asalta a ambos y ponen más atención al estómago que a la clase, los dos asumen una conducta de resignación, como diciendo: ?pues me aguanto?.
?Sí, a veces sí pienso: que ya sea el recreo porque ya tengo mucha hambre?, dice.
Pero no todo acaba ahí. A la hora de la comida cuando ellos salen de la escuela, les espera, a su vez, un precario alimento. Por lo general es sopa, frijoles y tortillas. A veces arroz y alguna otra cosa. Jorge dice que los sábados comen algo distinto que entre semana. Es el día que pueden comer algo de carne.
El padre de Judith tiene como tres meses en los Estados Unidos; dice ella que pensó que le iba a ir mejor, según le dice su madre, pero no es mucho el dinero que manda y su madre trabaja en la ciudad. Ahí labora en un puesto donde vende gorditas y taquitos. Dice que solamente a veces cuando la patrona de su mamá se lo permite, ella puede llevar algo de estos alimentos a casa y les convida.
Jorge no sabe en qué trabaja exactamente su padre. Sólo conoce que viaja a la ciudad y que trabaja en la obra o algo así y que le cuesta mucho llevar el sustento diario.
Los embates de la pobreza
Tanto Judith como Jorge manifiestan una clara deficiencia en la atención en clase por la desnutrición que padecen. De esto se da cuenta claramente su maestra Alma Isela González Ríos. Los escasos recursos también influyen en gran medida en el aprovechamiento escolar. Dice la docente que debe tener mucha paciencia con ambos niños para que puedan entender algún tema, sobre todo en Matemáticas o Español.
Jorge, a pesar de sus trece años, tiene una complexión delgada y es pequeño de estatura. Judith es de complexión más robusta; sin embargo, no quiere decir que esté mejor alimentada.
La situación que viven estos dos niños es la misma que prevalece con algunos 20 de 110 de la escuela Miguel Hidalgo, según explica el director de esta institución, José Juan Güereca Badillo, que es causada por el marcado desempleo que existe no sólo en el poblado, sino en general en toda la entidad.
Sin embargo, y en forma desafortunada, no existe por parte de las autoridades educativas un programa específico que evalúe, planifique y apoye finalmente el desarrollo de sus estudios, a través del sustento alimenticio que pudieran tener los menores.
Existen dependencias de los tres niveles de gobierno que apoyan a las clases marginadas con programas alimenticios, como la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), también los DIF Estatal y Municipal, así como pueden contar con becas a través del Municipio, o de la Secretaría de Educación del Estado de Durango (SEED), pero esto no es suficiente, reconoce el titular de Educación en Durango, Adrián Laveaga Hernández.
El funcionario afirma que hay apoyo de las dependencias mencionadas. La Sedesol ofrece programas de respaldo alimenticio a personas de escasos recursos económicos en todo el estado. El DIF Estatal y los municipales también ofrecen apoyos con despensas en todo el estado y también apoyan a los niños con los desayunos escolares; sin embargo, éstos son canalizados principalmente a los menores que se encuentran en los primeros años o en preescolar.
Esperan terminar
Para Adrián Laveaga Hernández, lo óptimo es que aquel niño que comienza su educación preescolar termine su educación hasta llegar a profesional y para esto requiere de una buena alimentación, que en forma obvia tiene que ser sustentada de manera económica.
A pesar de la existencia de la pobreza en Durango y de que ésta afecta a los niños en el promedio de deserción escolar, como uno de los principales factores de este fenómeno, los índices del mismo han bajado en los últimos seis años, así como los de reprobación; por lo tanto, los de eficiencia terminal se han incrementado sustancialmente en el nivel primaria que en secundaria. Los índices de nivel bachillerato y de educación superior son altos.
La eficiencia terminal en el nivel primaria en 1998 se encontraba en 72.11. Ahora la puntuación es de 74.86. La deserción en este sentido disminuyó de un 6.76 a un 5.02. El nivel de reprobación que se encontraba en 1998 en 6.11, en el 2004 está en 4.76.
Los indicadores de secundaria con respecto a la eficiencia terminal se colocaron en 1998 en 61.91 y en el 2004 se evalúan en 62.52, lo que significa que en el último ciclo escolar se cerró con un nivel de deserción de 7.20, un punto y 13 centésimas menos que al inicio del sexenio. Los índices de reprobación también disminuyeron en el mismo periodo de 22.38 a un 21.05 por ciento.
Por otro lado, de cada 100 niños que iniciaban su educación primaria 79 la concluían y en el 2004 terminaron 89, en los últimos seis años.
Adrián Laveaga opina que si bien todavía falta mucho por hacer, se ha avanzado en gran medida en algunos fenómenos que han atacado al aprovechamiento escolar; sin embargo, lo mejor sería contar con los recursos suficientes para tener mayores apoyos a los niños en extrema pobreza.
Por otra parte, aunque la SEED también ha apoyado con becas a los niños, sólo son de 120 pesos mensuales, una cantidad raquítica para las necesidades reales de los menores y sus familias.
El campo ya no deja
Los principales factores que inciden en una precaria economía de los padres de familia, sobre todo los que dependen del campo y que afecta consecuentemente a sus hijos que se encuentran inmersos en la educación rural, son el desempleo y la crisis económica, no sólo por falta de oportunidades, sino porque los precios de sus productos son mal pagados.
Para el director de la escuela Miguel Hidalgo, José Juan Güereca Badillo, el campo ya no es lo mismo, sobre todo para los padres de familia que en su mayoría se dedican a sembrar la tierra. Quienes dependen al 100 por ciento de esta actividad tienen una mala fortuna, pues la agricultura realmente no reditúa. El frijol ya cosechado se los pagan a dos pesos el kilogramo, un mal precio por su trabajo.
La baja cotización de este producto, así como del maíz, que son los principales cultivos que siembran los campesinos, no sólo de Chupaderos, sino de la mayoría de los poblados en los municipios de Durango, desalientan a los agricultores y buscan otras oportunidades en la ciudad. Otros emigran a otros estados o bien a los Estados Unidos, como fue el caso del padre de Judith, que tuvo pocas expectativas económicas, pues vendía periódicos. Así decidió ir a buscar mejores expectativas.
Los padres de familia que acuden a buscar oportunidades a las ciudades, como es el caso del municipio de Durango, no se encuentran, en la mayoría de las ocasiones, con buenas oportunidades de empleo, sobre todo en una zona que ha sido castigada con el desempleo durante los últimos años y que se ha recrudecido en gran medida en el 2004, cuando ha alcanzado cifras preocupantes.
Aunque autoridades gubernamentales del Estado han indicado que las tasas de desempleo abierto (TDA) en la ciudad de Durango no obedecen a un comportamiento objetivo de este fenómeno, porque precisamente en algunos meses clave emigran muchos campesinos a las ciudades, precisamente en busca de empleo, las cifras que muestra el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) indican lo contrario.
Mientras que la Secretaría de Desarrollo Económico señaló que en abril del 2004 la TDA se incrementó a 5.5, después de subir de 3.5 en enero, hasta 4.8 en marzo, a causa del fenómeno de las vacaciones, que es una temporada favorable para el desempleo y la medición del fenómeno, las mismas estadísticas del INEGI indican que en abril del 2002 las cifras apenas alcanzaron 1.8. En julio del 2002 la TDA fue de 3.6 y en el mismo periodo del 2004 de 5.3. La TDA comenzó a incrementarse en mayor medida desde el 2003.
El destino
Estudios realizados por las unidades de investigación de la Facultad de Medicina de la Universidad Juárez del Estado de Durango han determinado que los factores desnutrición no solamente provocan que haya una mala alimentación en el momento de que ésta se presenta, sino que también existe una carga hereditaria.
Una mujer malnutrida desde el embarazo pasa sus genes a sus hijos, quienes también tienen serias deficiencias. Las carencias a su vez repercuten en factores de bajo desarrollo físico e intelectual, que en forma obvia afectan el desarrollo educativo de los niños, quienes a largo plazo se ven en muchos de los casos imposibilitados para terminar sus estudios en alguno de sus niveles.
Jorge pretende continuar estudiando la telesecundaria, pero sus calificaciones hoy son bajas: tiene cincos y dice que es muy distraído. Tampoco hace sus tareas y se le dificultan las clases de Matemáticas y Español, al igual que a Judith, aunque ella dice que lleva tres dieces. Su maestra dice que se les debe tener paciencia.
El futuro para Judith es incierto, pues al terminar sexto año su madre tiene planeado emigrar a la ciudad de Gómez Palacio, pues quiere buscar nuevas oportunidades de trabajo. Judith ignora si seguirá estudiando.
De acuerdo con estudios de la Facultad de Medicina, la precaria alimentación que llevan en la actualidad Jorge y Judith no sólo les puede coartar su posibilidad de superación académica, sino que si continúan creciendo con estas carencias, es probable que las deficiencias genéticas se las hereden a sus hijos y continuarán con la cadena y el círculo vicioso.
ATRASO
Baja índice de desnutrición
Lo que informa el Instituto Nacional de Nutrición. La última encuesta nacional de nutrición se eralizó en 1999.
· Se ha logrado disminuir el atraso en el crecimiento de los niños menores de cinco años en el país.
· En el sur del país existe mayor desnutrición que en el norte.
· El principal factor que incide en el norte de México es la obesidad en niños.
· Dentro de los niños entre los cinco y 11 años, la ENN mostró que además de la obesidad, también manifestaron sobrepeso y retardo en el crecimiento.
· La ENN mostró que en las zonas rurales la principal deficiencia en micronutriente es el hierro.
· Entre otras deficiencias de micronutrientes en niños pueden encontrarse el yodo y la vitamina A.
· La principal causa de desnutrición es la precaria economía de las familias en estado de pobreza.
Durango no está en las zonas de calificación de gravedad por desnutrición en niños, según el Insituto Nacional de Nutrición, pero aun así los pocos factores que inciden afectan a los menores en su aprovechamiento escolar.
FUENTE: Instituto Nacional de Nutrición.