Llega el invierno y las familias de la colonia 12 de Diciembre están resignadas a ser víctimas de la pobreza y el frío; ése es el panorama bajo una vivienda improvisada con techo de láminas y paredes de madera.
Para la gente de escasos recursos económicos que habita este sector de la ciudad, las inclemencias del tiempo son severas, en época de lluvias las goteras no faltan, el aire se filtra por las rendijas de la madera y en invierno el frío no respeta, los rayos del sol y un brasero serán los recursos utilizados para mitigarlo.
Las condiciones en las que se encuentran las viviendas de la colonia 12 de Diciembre son lamentables, muchas de ellas no cuentan con los servicios básicos; las tomas de agua son contadas, las líneas de energía eléctrica están en forma irregular. La gente utilizó ?capote? y madera para guiarlas hasta sus hogares. La falta de drenaje ha obligado a construir letrinas.
Teodora Hernández López, madre de tres hijos, vecina de la calle Divino Pastor, habita en el lote dos, manzana cinco. Desde hace tres años su esposo Miguel Ángel Ríos Félix construyó una casa de madera y láminas de cartón con el objeto de tener un refugio.
?El terreno se lo prestaron a mi esposo, las láminas y la madera las fue comprando con lo poquito que guardaba de su trabajo, pues es albañil y percibe de 800 a mil pesos quincenales, los cuales hay que repartirlos entre la comida y las deudas; para conseguir algo más, mata cerdos?.
Señaló la entrevistada que en tiempo de lluvias se presentan las goteras; ?este año fueron pocas, pero los fuertes aguaceros y el aire movían la casa. Temíamos que se fuera a caer pero gracias a Dios no pasó nada; ahora con el frío quién sabe cómo nos irá?. Teodora Hernández López agregó que tiene un brasero, el cual utilizará para mitigar las inclemencias del tiempo.
Fotografía
La vivienda de la familia Ríos Hernández cuenta con una pequeña cocina-comedor, un guardarropa la divide de las dos habitaciones, las rendijas entre la madera y las laminas están cubiertas por manojos de ropa que sus hijos ya no usan; tiene una letrina creada con palos y hule, una tabla simula la puerta, para bañarse utilizan leña para calentar el agua.
De las autoridades, dijo, no han recibido apoyo ni ellos ni nadie del resto de los habitantes de esa colonia; es como si no existieran, a menos que se trate de época electoral, entonces sí los visitan y hasta despensas les llevan, asegura.
Riesgos
La temporada invernal trae consigo enfermedades respiratorias que en su mayoría afectan a la clase de escasos recursos económicos, pues no cuentan con la infraestructura, servicios e implementos para protegerse.
?Para prevenir que mis hijos se enfermen les pongo las pantaloneras que ya están rotas debajo de los pantalones; por las noches prendo el brasero y los cobijo muy bien?, dijo Hernández López.
Algunas de las enfermedades más comunes durante esta temporada son la gripe y la tos; Teodora comenta que cuando sus hijos se enferman los lleva a la clínica del Sector Salud ubicada en la colonia Ejidal; el servicio es otorgado a través del programa Oportunidades.
Historia
Necesidad y deseo
Saira Fabiola Hernández Ríos es la hija mayor de tres del matrimonio formado por Teodora Hernández y Miguel Ángel Ríos Félix; tiene 14 años y cursaba el segundo de secundaria, pero la falta de recursos económicos la obligó a abandonar sus estudios.
Hoy busca la oportunidad de trabajar para ayudar económicamente a sus padres y a sus hermanos, pues sabe de la necesidad y quiere ayudarlos para que continúen en la escuela; ?el estudio abre caminos en la vida y yo quiero que no lo dejen?, dice la jovencita al mismo tiempo que sonríe.
?Quisiera comprar una casa para mi familia para que no pase dificultades por el temporal, por eso trabajaré?, afirma.
Le hubiera gustado estudiar para contadora pública pero ante las necesidades y la falta de recursos económicos no quedo otra forma de ayudar a sus padres sino trabajando desde ahora.
Saira Fabiola está por cumplir 15 años y sus padres sólo la festejarán con unas ?carnitas? y una tardeada en el patio de la humilde vivienda; su madre la consuela al decirle que es mejor poquito, pues sabe que no hay dinero para hacerle una fiesta en grande.
