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El Mejor Amigo del Hombre / Agosto 19

Arturo Castañeda Orduña

Hoy me he levantado temprano, aunque es la primera semana de clases para mí todas son iguales; ¡maravillosas! Me gusta mucho levantarme temprano para jugar un rato con Max mi cachorro. Aunque mi mamá me dice que no lo moleste tan temprano a Max siempre le da mucho gusto verme, salgo al patio, jugamos un rato y me brinca por todos lados, siempre me ensucia mi pijama y cuando entro a la casa mamá me dice que las niñas sucias se ven fellitas. Por eso entro directo a la regadera sin quejarme y me baño rápido para poder desayunar mientras Max come croquetas con un poco de leche. Al medido día que regreso de la escuela Max me espera ansioso moviendo su cola sin parar pegado a la entrada de la puerta del patio. No sé cómo le hace pero siempre que intento entrar sin hacer ruido él ya está moviendo la cola y mirando hacia la puerta; dice mi papá que los perros tienen muy buen oído y que si yo quiero oír bien debo comerme todas mis verduras. En estos dos años Max y yo siempre hemos estado juntos, vamos a todos lados y lo quiero mucho, es mí mejor amigo y papá me deja sacarlo siempre y cuando tenga correa y collar. Por cierto, hoy iremos al superzote que está en el centro, ése que tiene una gran letra ?S? y donde hay muchas cosas y comida. Durante todo el trayecto de ida Max suele ser un poco más lento porque todo le llama la atención, pero mi papá le silva y él responde rápidamente, incluso es algo difícil sostener la correa cuando él sale corriendo. Papá deja a Max cerca de la entrada, le hace un pequeño nudo a la correa y vamos de compras rápidamente; me muero por comprar mis cuadernos nuevos y llevarle un hueso de plástico a mi querido amigo. No sé qué pasa, pero mientras estamos formados en la caja se escucha mucho ruido, la gente grita y veo a un policía correr, le gritan algo así como ?Tiene hambre?, ?entró a comprar comida?, ?está perdido?, ?trae placa con su nombre?, pero no le hago mucho caso. Mientras me apresuro con Max escucho un aullido, lo escucho lejos, es de dolor, de sufrimiento, quiero volver a entrar pero papá no me deja, dice que es mejor ir con Max y mientras corro hacia él veo con llanto en los ojos que ya no está. ?Papá, papá, ¿y Max?, ¿dónde está?, ¿qué paso?, ¡papá, mi perro, dime qué ha pasado!?. Mi sufrimiento se convierte en desesperación, mientras papá interroga a un guardia y a los ?cerillos? de los alrededores escucho cómo mi perro entró a la tienda, estaba asustado, me buscaba, y mientras husmeaba se encontró con las botas de un guardia y la nula educación de un ?gerente?. Mi perro fue perseguido, pateado y al final muerto dentro de una tienda llena de gente, varios gritaron, pero nadie hizo nada, mi pobre cachorro murió asustado y lejos de mí, fallé a mi promesa de estar siempre a su lado y de cuidarlo hasta que fuese viejo. Hoy días después lo puedo contar, aún recuerdo cómo le contaban a papá lo sucedido y cómo tiraron su cuerpo a la basura sin consideración alguna. No guardo rencor a los asesinos, creyeron cumplir con su trabajo, lo único que les pido es que por favor cuiden a sus mascotas y no las dejen solas ni un instante.

Wolfschauze@aol.com

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