Nota Sobre mal Aliento
Un perro saludable, no tiene mal aliento por naturaleza. Es más, el mal aliento puede ser y en la mayoría de los casos significa que algo no anda bien. En general, las enfermedades dentales son causadas por depósitos de placa sobre los dientes. Estas placas pueden ser originadas por células viejas, saliva y bacterias propias del can. A medida que se van endureciendo se van transformando en lo que llamamos sarro, el cual cubre los dientes e inflama las encías pudiendo en algunos casos penetrar hasta el tejido, el cual une los dientes al hueso que los rodea y a las encías firmemente, razón por la cual si el problema no es tratado a tiempo y en forma correcta, su mascota puede perder dientes.
No olvidemos que la verdadera funcionalidad de los dientes es: desgarrar, triturar, masticar, y hoy en día la función de los mismos es muy limitada por la existencia de alimentos de diferente consistencia. Un grupo de veterinarios estima que el ochenta por ciento de los animales pequeños de más de seis años de edad, tienen enfermedades periodentales. Ya que un perro no puede cepillarse los dientes solo, ni pasarse el hilo dental todos los días (lo haría si pudiera), ellos dependen de nosotros para mantener sus dientes y encías en perfecto estado de salud.
Muchas veces nos preguntamos cómo podemos ayudar a nuestros amiguitos a evitar estos problemas dentales que suelen ser una gran molestia a la hora de comer. Una buena ayuda es incluir en la dieta de su animal alimentos que estimulen la masticación (alimento balanceado, galletas para perros, huesos de carnaza), ayudando a reducir la acumulación de sarro en los dientes; masticar algunos juguetes de goma dura o cuero crudo puede cooperar también en la limpieza de dientes y estimular las encías. Cepillar los dientes de su perro (solamente con un pequeño cepillo y sin pasta), por lo menos dos veces por semana, es de gran ayuda; pero recuerde que es una experiencia nueva para él por lo tanto sea paciente mientras intenta a modo de juego el cepillado de los dientes.
Finalmente, llévelo al médico veterinario para su control periódico, aunque no manifieste malestar. Puede ser que ellos no sonrían como nosotros lo hacemos, pero es muy importante que los dientes gocen de buena salud para que, a su manera, ellos también puedan sonreír.
Fuente: Revista Cachorros y Mascotas
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